Durante todo el mes de noviembre tendrá lugar en la capital búlgara, Sofía, una exposición–subasta benéfica, única en su género. El ciclo de 14 obras de la joven artista Alexandra Véleva está titulado De vidrio a vida o, en latín, In Vitro–In Vivo.
Por medio de las formas artísticas logradas con el manejo de vidrio, piedra y metal, la autora procura interpretar el alumbramiento de la nueva vida. ”El principio divino”, “La esperanza nueva”, “Chispas”, “La división ansiada” son sólo una parte de los títulos que integran la muestra temática. Los recursos recaudados ya el día de apertura de la muestra han sido donados a la Fundación “Quiero un bebé” que se dedica a ofrecer asistencia a matrimonios con problemas reproductivos.
El trabajo de Alexandra con el vidrio y la piedra comenzó hace cuatro años cuando descubrió por experiencia propia la luz que irradiaban estos materiales fríos. Ya en sus obras de estudiante universitaria Alexandra se centró en el tema del alumbramiento de la vida y decidió elaborar obras a base de vidrio y piedra, capaces de cobrar vida en la verdadera acepción de la palabra.
En el taller de sus profesores Alexandra descubrió un pedazo de mármol que, según dice, parecía irradiar luz. A ese material incorporó vidrio para reforzar el efecto de la radiación. Puso a su ópera prima el nombre de Agape, que, según las interpretaciones de los griegos antiguos, significa el amor supremo y abnegado que los seres humanos llevamos en nuestro fuero interno. Ha sido precisamente esta primera obra la que forma la base de la exposición actual integrada por obras que Alexandra ha venido elaborando en los últimos años.
Los materiales que emplea la artista son cristal plomo checo, vidrio plano, mármol, cerámica y madera. Las obras han sido elaboradas con la asistencia de diferentes talleres en Bulgaria y en Chequia.
A veces bromeo que esta es mi fecundación in vitro artística –dice Alexandra– . Me siento feliz de que hemos conseguido ayudar, además de a un procedimiento in vitro, al tratamiento de un niño pequeño que padece diabetes. Afortunadamente hemos podido recolectar unos 3300 euros; 2500 de ellos serán suficientes para un procedimiento in vitro. Ahora podremos hacer realidad el anhelo de una mujer joven de tener hijo. Espero que pronto nos llegue la buena nueva de que espera un bebé. Así siento que lo que hago tiene sentido y que la exposición no es una finalidad en sí. La sensación de ver que el arte al que te dedicas con amor puede ayudar a una persona concreta es maravillosa. Mientras organizaba este evento llegué a formar parte de la Fundación “Quiero un bebé”. De las parejas con problemas reproductivos aprendí que lo más importante es tener paciencia, saber esperar, porque algunas cosas necesitan tiempo y no dependen de nuestro deseo, sino que suceden en su momento.
La joven artista explica la idea de su proyecto así: Toda nuestra vida, desde la gestación, es la penetración de un material en otro.
Alexandra primero da forma a las piedras, el siguiente paso es crear el vidrio. Sin embargo, son las personas que, cautivadas por sus obras, las adquieren, las que dan el verdadero contenido al material.
Mi propósito siempre ha sido saturar el mundo de energía positiva y cambiar las cosas para mejor –comenta Alexandra– . Ya que el vidrio en sí es transparente es muy difícil que contenga algo negativo. Es un material excelente para trabajar, y refleja nuestro mundo. Si está rodeado del bien, entonces reflejará el bien en nuestras vidas.
Versión en español por Daniela Radíchkova
Fotos: Guergana Máncheva
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