Con el fin de hacer que los búlgaros sean más vigilantes y mejor informados sobre el tema de los ataque cibernéticos, la Agencia Estatal de Gobierno Electrónico ha desplegado una campaña nacional de ciberhigiere bajo el lema “A mí no me hackearán”.La campaña se mantendrá en el período de la Presidencia búlgara del Consejo de la UE hasta mediados de 2018 y transcurre auspiciada por María Gabriel, comisaria europea de Economía Digital y Sociedad Digital.
Se trata de una campaña pública que se propone llegar al círculo más amplio posible de usuarios de Internet en Bulgaria. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, relativos al año 2017, casi un 62 % de los búlgaros son usuarios habituales de Internet, y más de un 67 % de los hogares cuentan con conexión de banda ancha de alta velocidad. La campaña “A mí no me hackearán” tiene precisamente la ventaja de desarrollarse principalmente online con el empleo mínimo de recursos financieros y humanos, de voluntarios. La meta de los participantes en esta iniciativa de la Agencia Estatal de Gobierno Electrónico apunta a hacer populares reglas simples y eficaces de ciberhigiene, capaces de reducir los riesgos para cualquier ciudadano y, de ahí, para las organizaciones del sector público y para los empresarios, que son las víctimas más frecuentes de un comportamiento malintencionado en el espacio cibernético. El lema de “A mí no me hackearán es un guiño a nuestro auditorio en potencia, dice Iva Nedelcheva, experta de la Agencia Estatal de Gobierno Electrónico, y continúa: Desde luego, es imposible que uno esté tan protegido como para no ser jamás objeto de un ciberataque porque ahora los ataques cibernéticos son muy avanzados y sofisticados. Hasta el sistema mejor protegido podría resultar vulnerable a un ataque. La idea de nuestra campaña no es prometer que no se nos hackeará, sino encauzar la atención hacia unos elementales hábitos de higiene cibernética. Toda la información que estamos compartiendo en el espacio digital es vulnerable. En la misma forma en que protegemos nuestra identidad en el mundo real, nuestra cartera, nuestro bolso, cuidando a la vez de qué decimos y dónde lo decimos, debemos comportarnos en el espacio cibernético. Debemos saber que alguien, en alguna parte, nos está vigilando incesantemente y hemos de ser concienzudos a la hora de elegir los sitios a los que accederemos. De no comportarnos así podremos meternos en sitios electrónicos de origen nada claro. Lo más importante que hemos de tomar en consideración en nuestra búsqueda en Internet es cerciorarnos de que el respectivo sitio tiene, por ejemplo, un certificado de protección. No es que esto nos vaya a poner totalmente a salvo pero, al menos, tenemos la garantía de que alguien nos habrá protegido.
Hay sitios en Internet que ayudan a que uno llegue a entender el grado de la complejidad de la encriptación con la que se ha cometido el robo cibernético, aporta una nueva vertiente a la aclaración Dinela Kaytazka, experta de la Agencia Estatal de Gobierno Electrónico. Precisa que, antes de ponerse a solicitar asistencia, uno debe comprobar si no se trata de un falsa estafa cibernética, y, de ser así, la podrá contrarrestar con esfuerzos personales y contando con más información sobre el tema .
Versión en español por Mijail Mijailov
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