Actualmente en Bulgaria se ha desatado una oleada de peste porcina africana para la cual no hay remedio y la que resulta fuertemente contagiosa, por igual, para los cerdos criados en casa y en instalaciones industriales como para los jabalíes. La única tabla de salvación consiste en el sacrificio de los suidos enfermos y la adopción de medidas rigurosas con el fin de frustrar la propagación del contagio.
Según Boiko Borisov, primer ministro de Bulgaria, la enfermedad llegó a este país desde el norte. Desde Rumanía, junto con los turistas y los jabalíes tras no haber podido ser frenados éstos por la cerca apresuradamente hecha a lo largo de la frontera terrestre con el vecino país del norte. Por esto el primer brote de la epidemia se registró precisamente y cobró las mayores escalas en el norte de Bulgaria donde hubo necesidad de sacrificar a más de 100 000 animales en las grandes granjas industriales y, varios centenares más, en los traspatios de granjeros pequeños y campesinos llanos que suelen criar un par de cerdos para las necesidades de sus familias. Muchas personas opusieron una resistencia feroz a la matanza de sus animales y hasta llegaron a bloquear carreteras del país, pero esto no pudo frenar el sacrificio de los animales.
La estadística señala que el número de los cerdos en Bulgaria rebasa la cifra de 800 000, lo cual significa que ya más del 12 % de ellos han sido sacrificados ya por la peste africana. El porcentaje no deja de aumentar puesto que el contagio se propaga con rapidez extraordinaria. Ya ha cruzado la Cordillera de los Balcanes y llegado al surde Bulgaria. Nadie es capaz de vaticinar ahora cuándo y dónde se producirán nuevos focos del contagio. Según las estimaciones más optimistas, serán sacrificados, al menos, otros 50 000 puercos. Los daños provocados por esta matanza son importantes .Algunos expertos barajan pérdidas del orden de varios centenares de millones de euros y de veinticinco mil puestos de trabajo en los próximos doce meses.
Una multitud de críticas fueron lanzadas, tanto desde Bruselas como por parte de la oposición política en Bulgaria, contra las medidas del Ejecutivo para domeñar “la crisis de los puercos”. En algunas regiones se decretó estado de emergencia, se crearon zonas prohibidas, hubo necesidad de solicitar los servicios del ejército y de la policía militar con vistas a la protección de las granjas industriales de cría porcina. Se pidió asimismo ayuda a la UE, que ha prometido asignar 14 millones de euros para compensar las pérdidas de las granjas industriales .Tampoco se descarta la posibilidad de que sea solicitada ayuda financiera complementaria. Desislava Taneva, ministra de Agricultura, ha expresado que la meta es dominar la crisis hasta finales del otoño.
A finales de septiembre en Bulgaria efectuará una auditoría de expertos de la Comisión Europea, relativa a las medidas aplicadas por el Estado para poner coto a la peste porcina, y de esta auditoría depende el respaldo financiero para las medidas aplicadas en el país. Bulgaria insistirá en un cambio que permita compensar también a los pequeños granjeros cuyos cerdos no suelen estar incluidos en el registro de animales. A éstos, de momento, se les ha prometido únicamente una ayuda del orden de 150 euros para la desinfección de sus porquerizas, independientemente del número de animales que se crían.
La carne de cerdo ocupa un puesto esencial en la dieta de los búlgaros que ahora no saben qué hacer: si comprar y consumir este tipo de carne, que aun infectado por la peste africana, según las autoridades veterinarias y médicas, no reviste peligro para los humanos tras recibir un tratamiento térmico, o bien, prescindir de la carne de cerdo en su dieta. Hay que señalar, en relación con esto, que las carnicerías ya comprueban caídas en picado de sus ventas.
Por otra parte, la aniquilación de una buena parte de los cerdos en Bulgaria (se espera que de un 20% del total) provocará, muy probablemente, una escasez de este tipo de carne en el mercado y surgirá necesidad de hacer importaciones de carne de cerdo. Existen temores a que la carne de cerdo importada resultará mucho más cara que la búlgara y que los precios de la carne más popular y accesible en el país se dispararán al menos en un 50%.
Como un “Chernóbil porcino” han calificado algunos medios informativos la calamidad que está siendo la peste porcina africana. Puede que tal calificativo suene un tanto hiperbolizado pero la situación es realmente trágica para los granjeros, para la industria cárnica y de embutidos, para los consumidores y para todo un sector de la agricultura nacional.
Versión en español por Mijail Mijailov
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