Hace 90 años, el 24 de noviembre, un grupo de ingenieros radioaficionados efectuó la primera radiodifusión, y, un día después, se produjo la primera emisión radial en Bulgaria.. A fecha de hoy, en la Comisión Reguladora de las Telecomunicaciones se encuentran registrados más de 6 000radioaficionados individuales como también un buen número de estaciones de clubes. Lo que ellos están comentando en el éter es lo que relaciona a esas personas como ocupación e intereses, y es la Radio.
Tenemos interés en conservar la pulcritud de las relaciones entre los radioaficionados del mundo entero, resalta, como una de las cosas más importantes en su afición, Víctor Marinov, radioaficionado desde 1977.Por esta razón no se admite transmitir empleando un lenguaje burdo, grosero ni ofensivo, valerse de expresiones chabacanas, están prohibidas las conve4rsaciones sobre base política, religiosa, étnica, racial. Rige el llamado Código de la Buena Conducta que acatamos y transmitimos a las generaciones ulteriores como forma de comunicación, de tolerancia, de relaciones de ayuda mutua, de trato correcto entre nosotros.
Los radioaficionados disponen de estaciones radiales propias y son reconocibles por sus indicativos personales. Constan éstos de dos partes: prefijo y sufijo y se encuentran repartidos en conformidad con un principio territorial-administrativo.
Concretamente para Bulgaria se ha fijado el indicativo LZ, seguido por un número. El número par significa que la estación se halla registrada en el Norte de Bulgaria, y el número impar, que se ubica en el Sur del país. Los indicativos que comienzan por LZ 0 son adjudicados a repetidores radiales y a balizas de radioaficionados, Después del número se aparece un sufijo de 2 o 3 letras. Se trata de nuestro nombre ante la comunidad mundial de radioaficionados. Mi indicativo es LZ1NY y nadie más en el mundo posee tales iniciales, destaca Víctor Marinov.
Otro elemento interesante de la labor de los radioaficionados son las tarjetas QSL, un peculiar documento que certifica que la comunicación se ha celebrado.
En estas tarjetas constan la fecha y la hora, el diapasón de frecuencias, el tipo de modulación, entre otros detalles, precisa Víctor Marinov. Cada radioaficionado suele fijar el diseño de su tarjeta, lo que ésta incorporará. Amén de ser un comprobante del contacto realizado, la tarjeta QSL es un recuerdo de algo que uno ha vivido.
Este radioaficionado reconoce que no siempre el contacto a la distancia más alejada es el más emocionante. Ha captado señales procedentes de las Antípodas, de Nueva Zelanda y Australia pero le resultaba más interesante, el mes pasado, establecer contacto con la expedición búlgara en las Islas Kiribati, en el Pacífico:
Ignoro cuál será el siguientes contacto curioso ya que está por efectuarse, dice sonriendo Víctor Marinov. En ocasiones, el contacto establecido con una persona interesante es capaz de dar sentido a toda la noche en que uno está frente a s aparato. Hay entre los radioaficionados, personas muy distintas por su profesión y ocupación, hay actores, políticos, un buen número de estudiosos de renombre mundial. Sería interesante ponerse en contacto con ellos. En estos contactos siempre nos tuteamos, independientemente de si se tiene por interlocutor a un trabajador, médico, ingeniero o incluso el rey de Jordania, que también él es un radioaficionado. En estos contactos no hay rivalidad en cuanto a nuestros conocimientos y experiencia.
¿Se va extinguiendo la radiodifusión por la invasión de las nuevas tecnologías?
En la labor de los radioaficionados nos valemos de tecnologías digitales, de las telecomunicaciones y de la información. De modo que el impetuoso desarrollo de las altas tecnologías n sólo que no provoca la desaparición de nuestra labor sino que ésta se enriquece constantemente. Muchos de los nuevos medios y métodos va siendo experimentados por radioaficionados, un número no despreciable de ellos han acabado convirtiendo su hobby en una profesión. Ser radioaficionado no se ha convertido para mí en un hobby cura sino en mi modo de vida y esta mi afición ha determinado en cualquier forma la manera de mi desarrollo.
Otro aspecto, quizás el más hermoso, de la labor de los radioaficionados es el 73:
Este número forma parte del llamado código del radioaficionado y significa “Mis respetos”, deseándole todo lo mejor. Surgió cuando las comunicaciones radiales se efectuaban básicamente por el Alfabeto Morse y la transmisión de frases completas le hubiera llevado mucho tiempo al operador de radio Fue por eso que se implementaron códigos y siglas .Con el 73 suele culminar cada contacto radial.
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