La única prisión oriental de Bulgaria fue construida en 1854 en Tárnovo para las necesidades de las autoridades otomanas, y funcionó hasta 1954. En esa prisión traían de paso, por un tiempo breve, a varias figuras revolucionarias nacionales antes de ser transferidas a Ruse o Sofía para ser juzgadas.
El primer intento de restaurar el museo y crear su propia colección se remonta al año 1960 − cuenta Svetla Atanásova, del Museo Regional de Historia de Veliko Tárnovo− . En 1985, el edificio de tres plantas fue cerrado, pero en 1989 se reconsideró la idea de la exposición, que existe en su versión actual desde el año 2006.
Fue entonces cuando fue restaurada la parte de la prisión que data del período del Renacimiento Nacional Búlgaro (finales del siglo XVIII y principios del XIX), y en la planta baja fue equipada una sala de inquisición con instrumentos de tortura y un tablero donde se describen los suplicios más frecuentes a los que solían ser sometidos los reclusos. En el segundo piso se restauraron tres celdas con un ambiente auténtico del interior y los objetos utilizados por los prisioneros, así como un calabozo de castigo con cinco celdas unipersonales donde aislaban a los presos en la épocade la lucha por la liberación nacional.
Algunas de las principales figuras del movimiento revolucionario como Filip Totiu, Zajari Stoyanov, el voyvoda o cabecilla Stefan Karadzha, los participantes en el Levantamiento de Abril de 1876 Tódor Kábleshkov y Tódor Kirkov, entre otros muchos, son apenas una parte de los luchadores por la libertad que han pasado por la prisión de Tárnovo.
La galería del edificio ha sido agregada como parte nueva de la exposición –prosigue Svetla Atanásova–.A lo largo de sus paredes se pueden ver los retratos de las 399 personalidades que fueron encarceladas en este presidio. En 2006, cuando fue creado el museo, nuestros expertos reunieron información sobre todas estas personas.Lo más valioso del museo es el ambiente auténtico. Dentro de las paredes de la prisión, del 27 al 31 de diciembre de 1872, en una celda separada estaba recluido también Vasil Levski antes de ser trasladado a Sofía y sentenciado a la horca. Todo en ella se conserva tal y como fue durante su aprisionamiento.
Se puede ver además la celda en que se encontraba arrestado Filip Totiu. Fue el único voyvoda y rebelde búlgaro que consiguió escapar de la prisión; ocurrió en el año 1858. Se ha hecho una reconstrucción de cómo lo hizo: en el suelo de su celda había una tapadera debajo de la cual había cavado un pasadizo hacia el muro y desde allí logrós ortear las altas murallas pétreas.
Tárnovo jugó un papel importante en la lucha por la liberación nacional. La ciudad fue la antigua capital búlgara y la última capital del reino búlgaro antes de la invasión otomana a fines del siglo XIV. Los primeros intentos de rebelión contra los invasoresestán vinculados con esta ciudad.
Aquí es donde se formaron los primeros comités revolucionarios y se estructuró la organización revolucionaria interna. Es natural de Tárnovo Stefan Stambolov, quien desempeñó un papel activo en el movimiento de liberación nacional.Durante la Guerra Ruso–Turca, el cuartel general del general Gurko estaba ubicado en una aldea de la región. La antigua capital de Bulgaria está íntimamente vinculada con la continuidad histórica, con la estatalidad búlgara. No es casualidad que las leyes del joven Principado se forjaran aquí, concluye diciendo Svetla Atanásova.
Fotos: museumvt.com
Versión en español de Daniela Radíchkova
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