Un ex militar cuyo hobby es el cultivo de plantas exóticas, ha creado la primera en Bulgaria granja de nenúfares. Cultiva treinta y ocho variedades de la planta en unos estanques especialmente construidos sobre una superficie de 1.9 hectáreas cerca de Pleven.

Doychín Vladimirov se inspiró y acometió esta tarea tras una visita a Indonesia. En ese lejano país se enamoró de las plantas acuáticas que cautivan con su belleza y exquisitez. Utilizó la experiencia de los Países Bajos para su cultivo. Hoy en día, el aficionado a la naturaleza se ha planteado la tarea de elevar el número y los colores de los nenúfares que cultiva en su granja. No oculta que ambiciona seleccionar su propia especie que compita en belleza con el lirio más impresionante de la granja: la Princesa Negra.

“Mi esposa y yo tuvimos la suerte de ser invitados por unos amigos a hacer un viaje a Indonesia −cuenta Doychín− . Al ver la belleza exótica de las plantas tropicales acuáticas, quedamos cautivados para siempre por sus colores. En Asia, estas plantas son todavía más bellas debido a la temperatura del aire y el agua; sus colores superan dos veces los del arco iris. Quise poseer este tipo de flores, a pesar del precio, y tan pronto regresamos a casa, inmediatamente preparé el terreno. Excavé los estanques con una еxcavadora, y así comenzó todo. De Indonesia primero importé el loto y contacté con el mayor productor de plantas acuáticas de Europa. En aquel momento solo conocía cuatro o cinco variedades del lirio, y el comerciante me ofreció elegir entre 350 colores. Me di cuenta de que mi experiencia es muy limitada, ya que el mercado búlgaro es bastante humilde en comparación con el mundial”. 

Cada año, este aficionado a las plantas hermosas expande su granja. Su ambición es algún día llegar a cultivar más de 100 variedades de lirios: desde los más pequeños hasta los de inflorescencias más grandes.

“Es una pena que los nenúfares hayan sido destruidos en la naturaleza búlgara −comenta este amante de la naturaleza− . Años atrás millones de nenúfares se encontraban en los ríos Kamchia y Ropotamo, que desembocan en el mar Negro, pero a causa de la negligencia del Estado, sus hábitats han sido destruidos”.

A pesar de todo, volverá a haber plantas acuáticas en el país: en las granjas privadas en diferentes partes de Bulgaria a las que Doychín Vladimirov envía material de siembra cada día.

“No me importan el dinero ni los beneficios, sino la belleza que creo −dice Doychín− . Lo que me llena de alegría es recibir la llamada de quien me ha comprado lirios, para agradecerme porque está satisfecho con la calidad del material recibido. Hago todo esto para reinvertir las ganancias en la compra de más lirios. No obtenemos subvenciones europeas, por esto volvemos a invertir incluso las pequeñas ganancias. Todo lo que hemos creado se ha logrado con mucho trabajo, pero ya hemos acumulado experiencia y no hay nada que nos pare”.

La pregunta que suelen hacerle a Doychín Vladimirov más a menudo es cuánto tiempo dura la floración de los lirios. “Si se las cuida bien, éstas plantas deleitarán la mirada con sus flores desde abril hasta el primer frío invernal”, responde él.

Versión en español de Hristina Táseva

Fotos: Facebook / Doychín Plantas Acuáticas