La cultura tradicional de cada nación atesora los llamados métodos alternativos de tratamiento (entiéndase naturales). Cuando la medicina convencional no ayuda, la gente suele recurrir a ellos, con la esperanza de que la sabiduría de los antepasados sea más fuerte que cualquier otra cosa. En Bulgaria esta tendencia es muy marcada, hasta el punto que algunos se confían por completo a la fitoterapia. Esto no es casual, ya que el país tiene una gran variedad de plantas medicinales, sistematizadas en manuales científicos. Según los expertos en la materia, en Bulgaria crecen más de 3.600 especies de hierbas, algunas de las cuales se recogen anualmente para ser utilizadas en la fabricación de medicamentos.
Desde tiempos inmemoriales, los herbolarios en las tierras búlgaras suelen salir al amanecer de Éñovden o Día de san Juan para recoger hierbas curativas en flor, tales como tomillo, Galium, geranio, hierba de san Juan, entre otras. Una creencia popular reza que las más curativas son las recogidas en Éñovden. Sin embargo, la práctica muestra que cada hierba tiene un momento específico en el que sus propiedades curativas son más fuertes.
Según el doctor Gueorgui Velev, que desde hace años prepara productos a base de plantas medicinales de la naturaleza búlgara, las hierbas más beneficiosas para la salud son las que provienen de la región en que cada uno vive. Para conocer más detalles sobre las hierbas curativas de Bulgaria y su aplicación, les ofrecemos un artículo del archivo de Radio Bulgaria, al que pueden acceder pulsando AQUÍ.
El 24 de octubre, con una ceremonia oficial y un concierto festivo en la ciudad noruega de Stavanger, se inauguró el Consulado Honorario de Bulgaria en Noruega. El primer cónsul honorario es el pianista Kiril Kutin, quien en las últimas dos décadas se..
Al comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania, los búlgaros besarabios de todas las tierras celebraron su fiesta con una oración por la paz. Casi cuatro años después, llenos de una tristeza aún mayor, conmemoran su día especial, dispersos por todo..
Hace casi dos siglos, en el lejano año 1838, el arzobispo besarabio Demetrio de Chisináu y Jotín consagró el majestuoso templo ortodoxo “Transfiguración de Cristo”, que fue construido con donaciones benévolas y la labor de los búlgaros refugiados en..