Ivánovden es una de las festividades de invierno búlgaras más veneradas.es el día en que la Iglesia Ortodoxa rinde homenaje a la memoria de san Juan Bautista, último profeta del Antiguo Testamento, quien bautizó a Jesucristo en el río Jordán.

De ahí proviene el baño ritual por salud en Bulgaria, que se inicia en Epifanía, 6 de enero y continúa en Ivanovden, día 7 y el día 8 de enero, día de la abuela partera. La costumbre se asocian a las personas recién casadas e incluye intercambio de presentes, visitas y comilona festiva común.

En el pueblo de Karáisen, en el centro norte de Bulgaria, Ivanovden suele ser celebrado con el rito auténtico llamado Arrastrando a Iván, y transmitido de generación en generación. Hoy en día mantienen viva la costumbre el grupo a aficionados a las tradiciones y el rito se practica en la fuente más grande del pueblo en la que la gente que  celebra su onomástica, los recién casados y las mozas y los mozos casaderos se va bañando para tener salud y fecundidad. Por sus características irrepetibles este rito fue distinguido con siete medalla de oro en el certamen de la creatividad popular tradicional, en Koprívshtitsa, en 1986. El nombre del rito se deriva de arrastrar a la fuente a las personas mencionadas como también a todos los jóvenes que habían contraído matrimonio el año anterior.

Este año, por la pandemia, el rito del baño se recreará en un círculo íntimo. La gente del pueblo cree que este rito limpia a la gente de la energía mala, ahuyenta el mal y trae salud, suerte y buena cosecha no sólo a quienes celebran su santo sino también a toda la aldea. Según la creencia tradicional este baño llevará a los recién casados buena cosecha y les agraciará con una prole numerosa: ”Han sido las tradiciones las que nos han rescatado y nos han ayudado a conservar lo búlgaro. Es por ello que respetamos y recreamos este rito, porque haya futuro para nuestra aldea”, destaca Stefan Nikolov, alcalde de Karáisen, y agrega: “Este rito es característico para nuestro pueblo, desconocemos cuándo se cuándo se practicó por vez primera. Puesto que nuestras abuelas tampoco recuerdan cuándo se estrenó esta costumbre, esto viene a decir que, probablemente, habría sido muy rancia, dice el alcalde. En el pasado, cuando nuestro pueblo tenía más de 4.500 habitantes, el rito se ejecutaba en las fuentes y los pozos de sus diferentes barriadas”.

Actualmente no quedan en el pueblo más de un millar de vecinos y por ello el rito se practica únicamente en la fuente más grande: ”Las personas  de más edad madrugan y se van tempranito a preparar la fuente, dice Gala Lícheva. Son mujeres que, anteriormente, han elaborado los platos para la festividad. Luego van a la fuente las cuñadas y nueras, las mujeres de mediana edad y al final llegan allá quienes se casaron el año anterior. Los primeros en ser bañados son estos recién casados. Luego se comienza a arrastrar a la fuente a las mozas y mozos casaderos y se le hacen votos de que se casen y tengan hijos y que éstos sean el relevo para la gente mayor en las faenas agrícolas”.

En la mesa festiva no pueden faltar el vino tinto ,”de dos orejas”, de Karáisen, las hogazas y las variadas tapas. En Karáisen, al igual que en el resto de los pueblos de Bulgaria el invierno es época de festejar y de reponer fuerzas para las intensas faenas del campo en las otras estaciones del año.

Adaptado por Darina Grigórova a base de reportaje de Zdravka Maslánkova

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos. pavlikeni.bg y archivo