“El pueblo que ignora su historia está condenado a repetirla”. Esta frase,  seguramente, les suene a muchos como un clisé, pero cuando es inminente hacer la  elección de a quién confiar el desarrollo de Bulgaria en los próximos 4 años,  retroceder a los años 90 sería de especial utilidad. Para  lograr entender y aceptar la elección que hiciera el votante búlgaro en todos  los comicios anteriores habrá que tener en cuenta el cambio que buena parte de  los electores sufrieran en el otoño tardío de 1989.La impronta que este cambio ha  dejado en sus concepciones y anhelos es indeleble. 
“La mayoría confiesa que al comienzo carecía de cualquier preparación pero  que pretendía algún cambio, ya que 45 años habían sido un período dilatado en el  que la vida de esas personas hasta aquel momento se encontraba  agotada”, dice Alexader Kolarov, autor del blog ”Historias de la transición”. 
Quienes abrigaban grandes expectativas quedaron defraudados y también se  llevaron una decepción quienes no las habían tenido. La gente, sin embargo,  sigue estando dividida en las valoraciones de si se vivía mejor antes de  1989 o actualmente. En este sentido el consenso es imposible pero yo no  aspiro a tal. Lo que procuro es mostrar los puntos de vista, pese al fundamento  político que tengan y las ideas de qué sería mejor para el Estado, como también  cómo hemos de ser y al cuál espacio mundial nos hemos de incorporar”. 

Alexander Kolarov se autodefine como “hijo de la transición”. Para dar  con las respuestas a las interrogantes sobre el camino por el que va  encarrilada Bulgaria, habla con decenas de personas corrientes, pero también con médicos, juristas, políticos y hombres  públicos. Formula, invariablemente, la pregunta: ”¿Por qué las cosas no  suceden como deberían?”. La respuesta más frecuente que suelen dar los  políticos es que los gobernantes anteriores habían actuado igual que ellos ahora. Es  una respuesta que hace desistir a una buena parte de los búlgaros de su afán de  ser un catalizador de los cambios que quisieran ver, opina Alexander Kolarov.  Dice, no obstante, que “los jóvenes pueden hacer una elección informada porque  no son unos tontos”. Sin embargo, a los políticos también les cabe un papel en  este proceso. 
“Los políticos deben dejar de hablar de lo que podría  suceder, y referirse a lo que concretamente ellos harían por la correspondiente  región de Bulgaria. Mi generación desconfía de promesas. Somos una sociedad de  consumo que pretende que todo ocurra inmediatamente antes que dentro de 10, 25 o 20 años. Los  políticos, si es que desean motivar y comprometer en alguna forma a los  jóvenes, deben señalarnos soluciones concretas de cara a los próximos 4 años”. 
Alexander considera como un hecho de efecto positivo enorme el que tras  las protestas del verano de 2020 una masa crítica suficiente de personas se  haya comenzado a interesar por lo que está pasando en Bulgaria. Está  convencido, no obstante, que este interés se ha de mantener hasta las  elecciones, como también después de ellas, aunque sea por medio de otras formas  de control, que no necesariamente deban incluir acciones de protesta. Alexander  es de la opinión de que la formulación de la pregunta “Por qué ja pasado esto?”  es una forma constructiva y conveniente para pedirle responsabilidad al poder  por sus actuaciones o pasividad. 
Versión en español por Mijail Mijailov 
Fotos: archivo personal, transitionstories.eu
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