La visita a Sofía de Zoran Zaev, primer ministro de Macedonia del Norte, el 17 de junio, se inició con tonalidad baja y con el afán de los dos países de reasegurarse. El día anterior a la llegada de la delegación de la República de Macedonia del Norte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Bulgaria manifestaba que en la próxima reunión del Consejo Europeo, los días 24 y 25 de junio, Bulgaria no aprobaría el comienzo de las negociaciones con Skopie para su adhesión a la Unión Europea (UE). La negativa está motivada por el persistente incumplimiento por parte de Macedonia del Norte del Tratado de Amistad y Buena Vecindad del año 2017. Por enésima vez, Zaev, para justificarse, ha recurrido a la situación política actual diciendo: ”Tengo la sensación de que el 22 de junio no habrá una decisión, puesto que Bulgaria tiene un Gobierno interino y no tiene Parlamento”. Zaev ha trazado asimismo las líneas rojas de Skopie señalando que ”no se negociarán la lengua ni la identidad macedonias”. Sofía viene resaltando desde hace ya tiempo que ha reconocido ambas, aunque precisando que esto se refiere al período posterior a su proclamación con sendos decretos en el año 1944.

“La política de Bulgaria se mantiene invariable desde hace muchos años. Respaldamos firmemente a Macedonia de Norte, Albania y los Balcanes Occidentales en el camino hacia su adhesión a la Unión Europea. Sin embargo, lo primero que hay que hacer es resolver los problemas mutuos que tenemos, para no llevarlos al seno de la Comunidad”, ha manifestado el primer ministro interino de Bulgaria, Stefan Yanev, al término de su reunión con su homólogo macedonio. ”El contencioso entre Skopie y Sofía es bilateral y debe ser zanjado a nivel bilateral”, ha coincidido Zoran Zaev, tras haberse mantenido durante meses presionando contra Bulgaria en una serie de capitales europeas. La visita a Sofía impulsará las labores de la comisión mixta búlgaro−macedonia sobre asuntos de la historia, formada en virtud del Tratado de Buena Vecindad, ha sido la enésima promesa de Zaev.

“Los historiadores son gente de la ciencia. No deben ser, sin embargo, correas de transmisión en la política, ya que ésta incumbe a los políticos”, ha aclarado ante la Agencia Informativa Macedonia el primer ministro de Bulgaria. ¿Habremos de esperar acaso otros cinco años a que esta comisión consiga algo? A mi juicio, esto es falto de realismo”, ha manifestado Stefan Yanev.

“Hasta cierto punto, el Tratado de Amistad y Buena vecindad que firmamos en 2017 no tenía condiciones y plazos vinculantes concretos y esto ha dado pie a interpretaciones cambiantes”, ha enfatizado el jefe de Estado búlgaro, Rumen Radev, al entrevistarse con Zoran Zaev. El presidente de Bulgaria ha señalado que en el último par de años los contactos bilaterales se han metido en un callejón sin salida, lo cual ha influido en las negociaciones de Skopie con la UE. El jefe de Estado búlgaro ha expresado esperanza de que la parte macedonia, tras dos años de demora, pueda por fin acreditar a un embajador propio en Sofía.

El visitante y sus anfitriones no han anunciado públicamente qué pasos concretos se están barajando para dirimir la disputa bilateral. Según diferentes fuentes, Zaev habría prometido que Macedonia del Norte enmendará su Constitución para recoger en ella que los búlgaros son una parte de la etnias que residen en ese país. Skopie también habría mostrado disposición de desclasificar los archivos de los antiguos servicios de seguridad yugoslavos para así hacer del conocimiento público los maltratos sufridos por los búlgaros macedonios después del año 1944. Se ha sugerido asimismo la adopción de una declaración especial sobre las lenguas de los dos países, que son similares y, al mismo tiempo, distintas y reconocidas internacionalmente.

El significado concreto de la visita a Sofía de Zoran Zaev ya se conocerá y traducirá en las actuaciones subsiguientes de Skopie.

Versión en español por Mijail Mijailov

Fotos: BGNES