Los bosques búlgaros conservan todavía su buen fondo genético, pero hay que aplicar con mayor rigor la Ley de Protección contra la Tala Ilegal. Esto ha manifestado el eurodiputado austriaco Thomas Weitz, entrevistado por Radio Nacional de Bulgaria.
El copresidente del Partido Verde Europeo en el Parlamento Europeo es  experto en recursos forestales y agricultura y ha expresado sus observaciones  durante su visita a Bulgaria. 
“He visto numerosas zona protegidas y puedo decir que Bulgaria cuenta con  un patrimonio fabuloso. He conocido asimismo los métodos en la lucha para  combatir las plagas en los cultivos. En Bulgaria, al igual que en Rumanía, se  sigue haciendo uso de productos químicos que perjudican a los insectos, y esto  también repercute en las abejas. En Bulgaria se emplean grandes cantidades de pesticidas”, constata Thomas Weitz. 

El eurodiputado austríaco opina que la situación en Bulgaria se mantiene “hasta  cierto punto muy bien” por los numerosos territorios protegidos que, a su  juicio, están bien atendidos. 
“No obstante, en los lugares apartados de las carreteras principales  existen, realmente, problemas causados por la extracción ilegal de madera y la práctica  de la tala “de raíz”, comenta Thomas Weitz. 
Compartiendo sus impresiones de los parques naturales Rila y Vítosha,  Thomas Weitz resalta: 
“Estamos viendo algunas prácticas que se apartan de la legislación que  ustedes tienen para la protección de los bosques. Hemos visto talas hechas con  el uso de maquinaria pesada, y estos equipos dejan huellas bastante graves que  luego provocan la erosión del suelo”. 
La tala ilegal no es un problema exclusivo de Bulgaria, ya que también se registra en otros países como Eslovaquia o Rumanía, según señala Thomas Weitz.
“Hay que decir que tal extracción ilegal de madera ocurre si las instituciones que la controlan son débiles, por tanto, este es también un problema de corrupción −expresa el eurodiputado austríaco− . No hay que olvidar que estos problemas afectarán también a las generaciones futuras. Veo que en Bulgaria existe una sociedad civil realmente fuerte, que actúa en defensa de sus bosques y su medio ambiente. Por esto es necesario que las propias instituciones hagan el trabajo que les incumbe y vigilen constantemente si las extracción de madera ocurre conforme las reglas”.

Según el eurodiputado austríaco, la UE dispone de mecanismos para sancionar a un país determinado si se considera que la política del mismo se aparta de los valores europeos. En tales casos se pueden aplicar las sanciones respectivas, como son la suspensión de fondos o bien el reencauzamiento de éstos directamente a los municipios a nivel local. De esta manera “se puede esquivar a un Gobierno que incumple los criterios y los ciudadanos, al mismo tiempo, llegan a obtener el apoyo europeo”, ha explicado Weitz.
A través de los Fondos de Recuperación, los países grandes quedan situados al lado de los pequeños, tal como ha señalado el visitante. A su juicio, los fondos europeos están a la espera del plan estratégico del Gobierno búlgaro para decidir cómo serán empleados, y Bulgaria debe aprovechar esta financiación europea.
“Debemos tener la seguridad de que este dinero se gastará en beneficio de  los ciudadanos antes que en provecho únicamente de los grandes negocios o de  los oligarcas. Bulgaria deberá ir invirtiendo asimismo en la transición a una  economía verde: la energía renovable, el transporte público, la eficiencia  energética de edificios... Se trata de una oportunidad excepcional para el  Estado, que podría, con el dinero de los fondos europeos, cambiar el modelo  económico que acabará siendo también el modelo futuro para el funcionamiento de  Europa. Le sugeriría a Bulgaria que no se demore y que simplemente aproveche enérgicamente esta oportunidad”, concluye Thomas Weitz,  entrevistado por Radio Nacional de Bulgaria. 
Versión en español por Mijail Mijailov
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