El emblemático templo de los Cuarenta Santos Mártires, en la ciudad de Veliko Tárnovo, atesora testimonios inapreciables sobre la grandeza de los soberanos búlgaros medievales. Forman parte de ellos las columnas del khan Omurtag (815–831) y del propio zar Iván Asen II (1190–1241), con la conocida inscripción de trece renglones, que pregonaba en lengua búlgara el grandioso triunfo de los búlgaros en Klokótnitsa.
En el transcurso de excavaciones arqueológicas del templo fueron descubiertas las tumbas del zar Kaloyán (1197–1207) y también las del zar Iván Asen II y de su esposa Ana María.
”Iván Asen II es uno de los soberanos búlgaros más egregios, puesto que durante su reinado Bulgaria llegó a colindar con tres mares y fue un gran imperio en los Balcanes”, dice el Dr. Iván Tsarov, director del Museo Regional de Historia de Veliko Tárnovo. A su retorno de la victoriosa guerra el zar decidió que, de veras, los 40 santos mártires habían estado de su lado y habían secundado a sus huestes. ”Por esta razón el templo llegó a convertirse en la iglesia principal de Tarnov (la actual VelikoTárnovo), capital del reino en aquella época, y la Iglesia del Patriarcado, que corona la colina de Tsárevets, era en aquellos años la madre del cristianismo en Bulgaria", dice el director. A mediados del siglo XIII en las inmediaciones del templo se construyó el Real Monasterio del Gran Laurel:
“La iglesia siguió siendo un templo monástico hasta el siglo XV, cuando fue convertida en una mezquita por el dominador otomano que se había apoderado de Bulgaria a finales del siglo XIV, y continuó siendo una mezquita hasta comienzos del siglo XIX. En este templo la dinastía de los Asénidas daba sepultura a los zares búlgaros, a los descendientes de esta dinastía, a las zarinas búlgaras y a sus parientes más allegados. Desgraciadamente, al convertirse la iglesia en una mezquita todas esas tumbas fueron destruidas. Ha sobrevivido hasta la modernidad un número relativamente escaso de artefactos. No obstante, las reliquias más interesantes de aquella época son la tumba del zar Kaloyán, con el famoso anillo sello del zar. Es la única tumba de un zar del Medioevo a la que nos podemos asomar, porque la otra regia tumba, la del gran zar Samuel, se encuentra en la isla de San Aquiles, en Grecia, pero se encuentra allende los confines de Bulgaria”, dice el Dr. Iván Tsarov
Durante el terremoto del año 1327 el templo quedó arrasado. Sin embargo, en aquel mismo siglo XIV, el sagrado templo fue restaurado y, posteriormente, remodelado en varias ocasiones. Pese a las vicisitudes del tiempo, el templo de los Cuarenta Santos Mártires guarda reliquias valiosísimas relacionadas con la tradición de la Escuela Artística de Tárnovo que mantendría su marcada influencia en la evolución de la pintura búlgara hasta el siglo XVII. Lo que también ha trascendido de aquella época a la modernidad son fragmentos sueltos de un calendario de dibujos, muy probablemente de la segunda mitad del siglo XIII. El templo de los Cuarenta Santos Mártires se asocia, asimismo, a otro acontecimiento emblemático de la historia de Bulgaria. El 22 de septiembre de 1908, en el patio del mismo, el príncipe Fernando daba lectura a un Manifiesto con el cual se proclamaba la independencia de Bulgaria tras un dominio otomano de cinco siglos.
“La iglesia fue restaurada a comienzos del siglo XXI -dice el Dr. Tsarov-. En el año 2005 tras treinta años de obras de restauración, la iglesia volvió a abrir sus puertas a visitas. Cada año la fiesta oficial de la villa de Veliko Tárnovo comienza precisamente por un acto en esta iglesia y continúa con actividades en la colina de Tsárevets. Se suelen ejecutar, asimismo, diferentes ritos cristianos y el lugar es, en general, un sitio de gran interés y muy concurrido”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: Museo Regional de Historia de Veliko Tárnovo
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