"Funcionario no es una mala palabra": este fue el lema que utilizaron los funcionarios que protestaban bajo las ventanas del Gobierno a principios de abril. El motivo era el drástico retraso de los sueldos de los funcionarios en comparación con el salario medio nacional. Entonces quedó claro que un gran porcentaje de personas del sector estatal trabaja con el salario mínimo, es decir, alrededor de 900 levas. Por ello, el Consejo de Ministros decidió aumentar los salarios de casi 1 000 personas del sector en un 21% a partir de principios de 2024. Resultó que personas en puestos de responsabilidad, con muchos años de experiencia y serios conocimientos profesionales, trabajan con ingresos cercanos al salario mínimo. Entre ellos están los inspectores de la Agencia Estatal de Seguridad Alimentaria, la Agencia Ejecutiva de Lucha contra el Granizo, los inspectores de trabajo y los del sector de la agricultura, así como otros funcionarios que vigilan el cumplimiento de las normas jurídicas en el país.
A pesar del trabajo responsable, a menudo existe una actitud negativa hacia los funcionarios en nuestra sociedad. Existe la percepción de que la función pública está "hinchada" y trabaja de forma ineficaz. Los empresarios comparan a menudo la eficiencia y la carga de su trabajo con la de los funcionarios en la administración estatal y describen la organización del trabajo como arcaica en comparación con ejemplos de otros países. Su deseo es que los servicios administrativos se digitalicen y que los ciudadanos no tengan que acudir personalmente a la administración local.
"Esto favorecería a la propia administración, porque cuanto más se centren en los expertos que son realmente importantes, mejor remuneración podrán obtener por su trabajo", afirma Dobromir Ivanov, director ejecutivo de BESCO, la Asociación de Empresarios Búlgaros, que cuenta con 500 empresas miembros de 70 sectores distintos.
"Todavía no hemos enseñado a la inteligencia artificial a decir: 'aquí no pueden recibir información', como dice el personal del mostrador", bromea el Dobromir. Para tener un país que funcione bien, necesitamos tener instituciones que funcionen bien. Por eso la cuestión de la administración pública es crucial. Hay que tener en cuenta un par de cosas: la primera es que el dinero de nuestro país lo ganan principalmente 1 700 000 personas, el mismo número de personas empleadas en el sector privado. Y de lo que han ganado con su trabajo, a través de los impuestos y la seguridad social, el Estado paga a la administración pública. Los pensionistas, los jóvenes, los estudiantes, los niños, los parados, los desfavorecidos sociales y muchas más personas viven de lo que se gana por elsector privado. Es decir, la cuestión de cómo puede Bulgaria convertirse en un país más rico para que todos ganemos más dinero es la clave. Hablando en sentido figurado, cerca de medio millón de personas dependen del presupuesto del Estado, de la administración, lo cual es un número bastante elevado".
Desde la asociación de empresarios también definen como su "batalla" que en la administración estatal los sueldos sean mucho más altos, ya que hay sectores importantes, como la atracción de inversiones y la educación, en los que es difícil atraer a empleados de calidad debido a los bajos salarios. "Sin embargo, para subir los sueldos, el Estado tiene que enriquecerse por un lado, y por otro tiene que entrar mucha más tecnología en la administración", explica Dobromir Ivanov y pone como ejemplo unidades en las que trabajan 60 empleados, pero el trabajo real lo hacen 7; el resto están ocupados con actividades que podrían hacer las máquinas.
"A todo el mundo le interesa que trabajen personas muy bien pagadas, formadas y motivadas, que entiendan que son funcionarios públicos, o servidores públicos, como es más correcto decir, y no definirlos como personas asignadas por el Estado", afirma Dobromir Ivanov.
"La realidad es que muchos de los ministerios tienen personal que lleva allí más de 25-30 años y ocupan puestos clave. Y como a veces los ministros cambian cada 9 o 3 meses, el personal de los ministerios resulta ser fundamental. Porque cuando llega un nuevo ministro con sus muchas y atrevidas ideas, la administración le dice que es uno más que llega y cree que va a hacer reformas. Ocurre que el propio cambio depende de las personas que llevan más de 25 años en la administración. Entonces, tenemos que encontrar formas de trabajar con ellos, basándonos en lo que nos une, y no buscar más ocasiones para dividir al país."
La voluntad política y el liderazgo son importantes en este proceso. "Cuando la gente ve que no hay prioridades, que se adopta una visión a corto plazo y no está claro hacia dónde va el país, la administración se empodera y puede frenar muchas cosas en el desarrollo del país", afirma Dobromir Ivanov, director ejecutivo de BESCO.
Versión al español y publicación: Borislav Todorov
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