Voto por inercia. Un voto con una última gota de esperanza de que mañana todo irá bien y que la próxima “ocasión electoral” de vernos, será ya dentro de cuatro años. Un voto de amargura de cara a los políticos, a nosotros mismos, y a quienes no fueron a votar.
“Las actitudes varían mucho - desde un gran optimismo, hasta el sarcasmo”, resume así para Radio Bulgaria las pasiones electorales en Melbourne (Australia), Mancho Manev, vicepresidente del colegio electoral de la ciudad. Algunos de los búlgaros que han votado dicen: ‘¡Nos vemos en tres meses!’. Otros esperan que con este voto y estas elecciones se ponga fin al círculo vicioso en el que hemos caído”.
Con estas palabras comenzó la gira de Radio Bulgaria por los colegios electorales del extranjero, el domingo de elecciones. A la pregunta de cuándo serán las próximas elecciones parlamentarias en Bulgaria, Mancho Manev responde sin pensárselo: ¡en febrero!
"Yo diría que esto es bastante peligroso y desagradable porque supone un tiempo de caos y de rebeldía, en el que el Estado no tiene prácticamente ningún desarrollo - ni en lo que a legislación se refiere, ni en cuanto a digitalización, ni en lo referente a las infraestructuras, ni en la administración. Ninguna de estas cosas se puede mejorar cuando no hay un gobierno real que esté funcionando, sino uno provisional, que se limita a "botar el balón" hasta que lleguen los nuevos", opina Manev.
No comparte esta opinión, sin embargo, nuestra compatriota Izabela Shopova, que vive en Australia desde 2008 y el domingo fue secretaria del colegio electoral de Brisbane.
"Basándonos en nuestra trayectoria, no creo que las próximas elecciones sean dentro de cuatro años. Pero tampoco me parece trágico que sean dentro de seis meses. Desde mi punto de vista, así es el proceso democrático. Así es como una sociedad democrática atraviesa periodos de crisis. Creo que, más que una crisis meramente política, hay una crisis más profunda en nuestra sociedad, y que este problema político que no somos capaces de resolver repitiendo elecciones una y otra vez, es uno de los síntomas de esa crisis."
"La oportunidad de participar personal y directamente en la gobernanza del país, al dar nuestro voto, a mí no me produce cansancio, sino satisfacción moral", declara ante Radio Bulgaria Nadia Stoyanova, voluntaria electoral desde hace tiempo en los colegios electorales búlgaros de Boston - aunque ayer ella ejerció su derecho al voto en Londres, donde se encontraba por motivos de trabajo. Nadya está convencida de que Bulgaria tiene graves problemas por resolver, pero que formar un gobierno a toda costa tampoco parece ser la mejor solución.
"Lo que espero es que los partidos con representación política, independientemente de su peso en el próximo Parlamento, dejen de lado sus propios egos y pongan su mirada en el panorama general: un mundo incierto en el que lo más importante es que Bulgaria siga desarrollándose como un país europeo, democrático, y con un buen nivel de educación, que genera riqueza y la distribuye justamente entre los búlgaros. La humildad y el respeto por los intereses del pueblo búlgaro deberían ser el principio rector de la próxima Asamblea Nacional."
"Me parece que volveremos a ir a elecciones en primavera", dice, por otro lado, Irena Angelova, que vive en la República Checa y siempre ejerce su derecho al voto.
“Me gustaría mucho que las cosas salgan bien para que no haya más elecciones. Pero los búlgaros en el extranjero y probablemente en Bulgaria también, no quieren votar. Simplemente no quieren darse cuenta de lo importante que es su voto”.
“Depende de todos nosotros, los búlgaros en el país y en el extranjero, el que las cosas cambien. Necesitamos un mayor porcentaje de jóvenes que se animen a votar", afirma desde Londres Svetlana Kaneva, presidenta de uno de los colegios electorales allí”.
Los ciudadanos de Bulgaria, así como del resto de países, piden cosas sencillas: orden en el Estado, normas que sean respetadas por todos y tener la posibilidad de construir una vida mejor para sí mismos y para sus seres queridos.
"Se nota mucho el cansancio, hay mucha indecisión, se ve que mucha gente viene casi por inercia a votar", comenta el pediatra Tsvetan Tsenkov, presidente del único colegio electoral de Kuwait. “En estos últimos años, la gente sabe que no se termina de formar un gobierno regular. No cambia prácticamente nada, no se puede poner en marcha ningún programa, ninguna estrategia - en ningún ámbito”.
El Dr. Tsvetan Tsenkov también opina que habrá nuevas elecciones ya a principios del año que viene, lo cual empieza a adquirir unas dimensiones un tanto peligrosas para el Estado búlgaro.
"Esto es muy peligroso para nuestra sociedad civil, para la vida cívica, porque nos enfrentamos a una administración desmotivada, por lo que sabemos aquí. La gente se siente insegura en su trabajo, las instituciones, el poder judicial, los proyectos están bloqueados. Las cosas están funcionando en piloto automático", suenan así las palabras de Tsenkov, como un eco lejano de nuestras vidas, que escuchamos desde Kuwait.
Y cada vez soñamos más con un Refugio en el tiempo, aunque no esté escrito por la mano de Georgi Gospodinov.
"La gente comparte sus esperanzas de que estas sean las últimas elecciones a las que vayamos, de la serie de la Asamblea Nacional. Están cansados de campañas electorales, de las jornadas electorales y de votar, en general. Así que esperan que tengamos por fin un gobierno, y que no haya más elecciones en los próximos cuatro años", declaraba ante Radio Bulgaria Victoria Vlahovska, miembro de la comisión electoral de Reading, sureste de Inglaterra.
Gran parte de quienes votan lo hacen porque se sienten responsables, no porque confíen en los partidos políticos, esa es otra opinión que escuchamos en la encuesta a los ciudadanos de Sofía, realizada ayer.
"He votado porque creo que es el derecho básico que nos otorga hoy la democracia. Es extremadamente importante que mostremos esta responsabilidad nuestra, y votar. Somos responsables del futuro, del nuestro y del de nuestros hijos", dice una mujer de mediana edad, que trabaja como trabajadora social.
Hace unos días, el primer ministro en funciones, Dimitar Glavchev expresaba su esperanza de que la fecha del 27 de octubre ponga fin a la serie "Juego de eleccciones". Y, por su parte, la autora del libro "Cuentos de la Tierra Alta y Baja", Isabela Shopova, tiene la mirada puesta en su propio cuento de la esperanza.
"Personalmente, confío en que gana el que se rinde el último. Si tenemos fe en la democracia y queremos que sea la que gane en Bulgaria, si creemos en los principios del proceso democrático, tenemos que seguir aplicándolos y perseverar, aunque resulte a veces desalentador", dice uno de los búlgaros que votaron en Brisbane, Australia.
Acaban de finalizar las séptimas elecciones en tres años: los ciudadanos han mostrado su voluntad, ahora les toca mover ficha a los políticos.
Entrevistas: Vesela Krasteva, Gergana Mancheva, Darina Grigorova, Ioan Kolev, Elena Karkalanova
Autor: Vesela Krasteva
Versión en español: Hristina Taseva
Fotos: BTA, BGNES, archivo personal
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