La cultura del vino en Bulgaria está en auge. Cada vez más lugares y eventos atraen a los amantes del vino, aumentando el interés por el enoturismo. En 2024, la demanda de catas de vino ha crecido considerablemente, y las reservas para los fines de semana en torno a Navidad y Año Nuevo comienzan ya en otoño, según nos cuenta la enóloga Krasimira Kodukova, representante de una de las plataformas de enoturismo más populares del país.

La gente está ahora mejor informada, busca vinos de calidad y experiencias auténticas relacionadas con la visita a bodegas, combinadas con gastronomía y la exploración de las tradiciones y lugares de interés locales

En los meses de invierno, las catas de vinos añejos en acogedoras bodegas, a menudo acompañadas de comidas tradicionales, crean un ambiente cálido y memorable. Resulta que lo más rentable en esta época es la combinación de vino y spa. "Justo durante el periodo invernal, los lugares que ofrecen vino y spa, junto con relax y aventura, adquieren mayor relevancia. Los paisajes invernales y el frío predisponen a ir a algún sitio, calentarse bien con tratamientos de spa, conocer el vino local y celebrar", dice Krasimira Kodukova, y añade:

"Hay unos 10 destinos de este tipo en Bulgaria, donde una bodega que produce vino de sus propios viñedos ofrece alojamiento y tratamientos de spa. Algunos de estos destinos están situados en zonas con aguas minerales, como Sandanski, por ejemplo. Otros no disponen de aguas minerales, pero ofrecen experiencias adicionales. En Gotse Delchevhay un lugar maravilloso donde se puede combinar la visita a una bodega con sala de catas y un estupendo restaurante, con tratamientos de spa con extracto de pepitas de uva. Así, aunque no sea un gran conocedor del vino, las otras aventuras le atraerán y le permitirán conocer las tradiciones vinícolas locales. También hay un bonito destino de vino y spa en Tryavna, con su propia bodega, una sección de hotel de muchas estrellas y piscinas de spa con tratamientos. Una bodega en el pueblo de Glavan, en el sur de Sakar, y otras por todo el país ofrecen experiencias similares, aunque no tan lujosas".

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Pero el enoturismo no es solo vino, spa y alojamiento. La proximidad de la bodega a lugares de interés cultural e histórico la convierte en un destino preferente frente a los que solo ofrecen vino o vino y spa, afirma Krasimira Kodukova.

“En Bulgaria hay más de 350 bodegas y, desde luego, al menos 150 de ellas producen vinos de muy alta calidad que pueden competir con los extranjeros. Tenemos más de 100 bodegas que cuentan con salas de degustación o que ofrecen catas, aunque sin alojamiento. Estas bodegas están abiertas todo el año a los turistas con reserva previa.”

“Una de las cosas que más impresiona es que, a diferencia de lo que ocurre en países más desarrollados en el ámbito del enoturismo, en Bulgaria, cuando se visita una bodega, la bienvenida y la implicación en toda la experiencia del vino suelen correr a cargo del propio propietario o técnico. El trato personal a los visitantes demuestra que no los perciben como simples clientes, sino como huéspedes personales. Esta virtud es muy apreciada por muchos turistas extranjeros a los que enviamos a vivir aventuras vinícolas en Bulgaria”, comenta Krasimira Kodukova a Radio Bulgaria.

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Traducido y publicado: Borislav Todorov

Fotos: winetours.bg, Reuters, Freepik.com