Hace menos de un mes, la ministra de Finanzas, Temenuzhka Petkova, presentó en Bruselas los progresos de Bulgaria en cuanto a la preparación de su adhesión a la zona euro. Allí afirmaba que, con su prudente política fiscal, Bulgaria se ha ganado desde hace tiempo su derecho a la adhesión, por lo que esperamos que esto sea un hecho el próximo 1 de enero de 2026. Una semana después, con el fin de acelerar el proceso Sofía envió una carta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y a la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, con la petición de que fuesen elaborados unos informes extraordinarios sobre la convergencia de Bulgaria.

Cabe recordar que este procedimiento es resultado de la puesta en marcha de la decisión de la Asamblea Nacional de julio del año pasado para acelerar el proceso de preparación de Bulgaria para la adopción del euro en el país. Así pues, la cuestión de la adopción de la moneda única europea vuelve a estar en el orden del día y a añadir tensión en el ambiente político. Este tema ha conseguido dividir a la sociedad búlgara en polos opuestos, donde una parte de los búlgaros se muestran rotundamente en defensa del lev búlgaro, mientras que la otra parte, la de los búlgaros más jóvenes y pragmáticos, considera que la introducción de la moneda europea no cambiará nada significativo: la nueva generación de búlgaros ya está acostumbrada a pagar con tarjeta bancaria y suele guardar sus ahorros en forma de moneda virtual.

"Realmente, Bulgaria ya forma parte de la eurozona gracias a la junta monetaria, que en 1997 vinculaba el lev primero al marco alemán y después, al valor del euro", declaraba Krasen Stanchev, uno de los economistas más destacados de Bulgaria, en una entrevista para la emisora “Horizont” de la BNR. Stanchev nos recuerda que Bulgaria se comprometió a entrar en la zona del euro con su tratado de adhesión a la Unión Europea de 2005.

"El principal argumento de esta histeria en contra del euro es el de preservar la independencia del Banco Nacional de Bulgaria y, por tanto, preservar el lev. Hay que subrayar que el BNB ha sido completamente independiente de los factores externos tan sólo en un período muy corto: desde la quiebra por el impago de la deuda externa en marzo de 1990, hasta el 1 de marzo de 1997, cuando el banco central fijó el tipo de cambio al nivel en que se encuentra ahora: en aquel entonces con respecto al marco alemán, y ahora, con respecto al euro. Así pues, Bulgaria ya se encuentra practicamente en la eurozona".

¿Qué impide realmente a Bulgaria entrar en la zona euro y qué podemos esperar del informe de convergencia solicitado sobre la preparación del país? Esto es lo que no se les escapa a los economistas expertos en Bulgaria:

"En Bulgaria ha empezado a surgir un problema que podría impedirnos obtener este informe de aprobación de cara a la eurozona, y esto son los problemas relativos al déficit del presupuesto", explica Stoyán Panchev, del Club de Expertos en Economía y Política (CEEP). “Existe un amplio consenso entre los colegas economistas en que las cosas en torno proyecto de presupuesto de este año no son realistas. Sobre todo en lo que respecta a los ingresos. En este presupuesto figuran entre 5.000 y 8.000 millones de levas de ingresos por encima de lo presupuestado. Y, puede ocurrir que, por esforzarnos demasiado en mostrar una mejor imagen de la que tenemos realmente en Bulgaria, nos encontremos en una situación en la que dé la impresión de que estamos intentando despistar un poco a nuestros socios. Tengo mucha curiosidad de ver qué opinarán el BCE y la CE en el informe de convergencia acerca de los puntos controvertidos relativos al déficit según el principio de devengo sobre la base del 2024, y, concretamente, acerca del Presupuesto 2025 cuando éste se apruebe. Nos estamos precipitando un poco al decir que “bueno, ya hemos estamos dentro (de la zona euro)”, porque aunque la inflación esté dentro de las normas según los criterios de Maastricht, el déficit presupuestario empieza a salirse completamente de esos criterios. No está muy claro si este hecho será ignorado por el BCE y la CE a la hora de preparar el informe sobre Bulgaria".

El economista considera que la zona euro es uno de los mayores errores de la UE, pero que no es correcto vincular la negatividad relativa a la moneda única europea, con el escepticismo relativo al funcionamiento de la Unión Europea en general. "En mi opinión, la UE y la eurozona son dos cosas diferentes:", comenta Stoyán Panchev ante Radio Bulgaria:

"Personalmente, creo que la UE es una buena idea y que la libre circulación de capitales y personas es algo que contribuye mucho al crecimiento de la economía en el continente, y concretamente en Bulgaria. Creo que gran parte de los efectos positivos (que el euro tendría en Bulgaria) ya se han consumado con la introducción de la junta monetaria en el país. La junta monetaria es el punto intermedio entre las dos cosas: gracias a él se obtiene la confianza de los inversores internacionales, una seguridad en el valor de la moneda y no sólo para los inversores de los que estamos hablando, sino también para los ahorradores búlgaros, y aparte, el valor del lev está garantizado por la reserva de divisas del BNB, siendo un lev siempre igual a 1,9558 de cara al euro, tal como está escrito en la Ley del BNB. Al mismo tiempo, de nuevo gracias a la junta, Bulgaria conserva esa flexibilidad también fuera de la eurozona, lo que en finanzas se llama opcionalidad, y que nos permite reaccionar ante cualquier problema que pueda surgir en la propia zona del euro.”

El futuro incierto que se presenta tras la adopción del euro despierta toda una serie de temores entre los ciudadanos búlgaros: que la entrada en la zona euro duplicará los precios, que los ingresos de la población disminuirán o que los búlgaros acabarán siendo aún más pobres, y que la economía del país retrocederá por no ser lo suficientemente competitiva y no estar preparada para la zona euro. Lo cierto es que hasta ahora no ha habido ninguna campaña específica de información sobre la introducción del euro en Bulgaria. Los búlgaros se informan sobre el tema principalmente a través de sus propias fuentes, que suelen ser personas cercanas que viven en el extranjero y difernetes publicaciones en las redes sociales, según muestra una encuesta de Radio Bulgaria:

“La introducción del euro supondrá un estrés adicional para la gente. Aparte que, la zona euro está ahora en crisis”, afirma Tanya Mihaylova, propietaria de una tienda en Sofía. “Creo que ya hemos tenido suficientes crisis como las que hemos atravesado en los últimos años y que ahora una crisis más no nos ayudará en absoluto."

"Lo del euro es una distracción de todos los demás problemas que tenemos en Bulgaria", afirma Vladislav Yordanov, residente en Sofía. "Además, la eurozona está endeudada al 300% y parece que nosotros queremos entrar ahí, a pagar sus deudas. ¿Queremos que los más pobres paguen las deudas acumuladas por los más ricos? Nuestro lev es muy antiguo, está fijado por la junta monetaria, y eso fue lo más inteligente que hicieron los políticos tras el cambio del comunismo. ¿Por qué quieren eliminar la junta monetaria? Para poder absorber miles de millones que irán a parar al bolsillo de alguien".

"Yo tengo una actitud neutral al respecto, pero estoy a favor del euro porque necesitamos un cambio de moneda. El lev se ha depreciado mucho en los últimos años, ya es hora de cambiar al euro. Yo confío que lo mejor está por llegar".

Y esta esperanza por que llegue lo mejor incluye una campaña informativa real que ofrezca respuestas expertas y realistas a todos los temores de la gente sobre el gran cambio que se les avecina.

Autor: Gergana Mancheva

Versión en español: Alena Markova

Fotos: Pexels, BGNES, Pixabay