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Polia Stancheva revela en una película la historia de los exiliados búlgaros en Argentina

Polia Stancheva
Foto: BNR

La sociedad búlgara sabe muy poco sobre los emigrantes búlgaros en Argentina. Las vías por las cuales los búlgaros que se trasladaron al país sudamericano y sus raíces étnicas a miles de kilómetros de Bulgaria son parte de la historia familiar de la periodista Polia Stancheva. Todo comenzó como en las películas:

“Un día descubrí 12 años de la vida de mi abuelo en una antigua maleta. Vi las fotos y leí los diarios y me di cuenta que él había estado en Argentina. La historia de la emigración búlgara a ese lejano país es sumamente interesante”, cuenta Polia Stancheva que es directora de la película Y llegaron al fin del mundo que tendrá su estreno el 19 de marzo en Sofía. Emigrantes búlgros en Argentina (1946)

“Los búlgaros se trasladaron allí a principios del siglo pasado cuando Argentina poblaba sus territorios deshabitados con emigrantes de Europa y cuando se formaron varias comunidades muy numerosas: en la provincia trópica del Chaco, en Comodoro Rivadavia y en Berriso, cerca de Buenos Aires. Estos eran los lugares donde ellos se asentaron y comenzaron a trabajar. Las comunidades siguen existiendo hasta hoy en día y las personas tienen la conciencia búlgara a pesar de que ya no dominan el búlgaro.”

Polia Stancheva califica como una excelente oportunidad la posibilidad de rodar en los edificios en que se ubicaban las fábricas de carne de ternera. A pesar de que hoy en día ya están abandonados, estos lugares son atractivos para las cámaras por sus múltiples grafitis. Al lado de las fabricas había casas de lata donde se asentaban los emigrantes que llegaban de Europa, sobre todo italianos y españoles, así como muchos búlgaros.

“La persona que nos contó la historia recuerda que cuando era niño saludaba a las personas en 10 idiomas. Es verdad que había enormes comunidades de emigrantes y poco a poco cada una de estas comunidades comenzó a crear asociaciones que conservan la identidad de las distintas naciones. La asociación búlgara en Berriso es una de ellas”, explica Polia Stancheva para Radio Bulgaria. Asociaicón Cultural Búlgara Iván Vazov en Berriso

 “Lo interesante es que cantan canciones búlgaras y bailan magníficamente pero no hablan el idioma. Entendimos por qué no hablan: una parte de los emigrantes viajaron por razones políticas, tal vez eran participantes en el Levantamiento de septiembre y tenían condenas de muerte vigentes. En virtud de una de las leyes argentinas las personas desleales políticamente podían ser extraditadas. Por esta razón ellos preferían ocultar su origen y no hablaban con sus hijos en búlgaro”. 

Parte de las primeras asociaciones búlgaras en Argentina fueron clausuradas en los años 40 del siglo XX por razones políticas. Fueron inauguradas nuevas a mediados de los años 50 pero casi no se conservan documentos. La señora Stancheva no encontró información para su abuelo, pero logró reunirse con personas muy interesantes que viven en la provincia del Chaco:

 “Lo interesante para esta comunidad es que sus creadores son las personas que talaron la jungla. A principios del siglo XX la jungla como un territorio no formaba parte de las fronteras de Argentina. Los búlgaros eran las personas que talaron la vegetación porque cada persona que llegaba a Argentina recibía un pedazo de tierra del Gobierno argentino donde asentarse. Tenía que limpiar el terreno con sus manos y esto no era nada fácil. Allí crece el quebracho, un árbol muy sólido y fuerte. Imagínense la fuerza que necesitaban para talar estos árboles, pero a pesar de esto lograron integrar el territorio del Chaco a Argentina. Hablamos de todo ello en la película”. El buque científico santos hermanos Cirilo y Metodio en Comodoro Rivadavia

En la historia contada en la pantalla podremos ver a un auténtico gaucho búlgaro en Argentina, así como la manera en que los búlgaros en Comodoro Rivadavia reciben al buque científico santos hermanos Cirilo y Metodio a bordo del cual los científicos búlgaros viajan a la Antártida. “Para la comunidad esto era una verdadera fiesta y habían organizado un magnífico concierto”, recuerda Polia Stancheva y continúa con la siguiente historia:  Gisela Dona Ganeto, intérprete de gadulka en el trío Orfeo

“Cuento la historia del trío Orfeo, integrado por dos chicas y un chico quienes tocan la gaita y la gadulka y cantan magníficamente en búlgaro. El chico no tiene raíces búlgaras, pero está enamorado de la música búlgara y canta con tal sentimiento que uno no se puede imaginar que un argentino puede sentir una canción folclórica de esta manera. Creo que estos jóvenes tienen el deseo de regresar. Muchos de ellos han depositado documentos para ciudadanía búlgara. Desean aprender el búlgaro, pero no hay quien se lo enseñe ya que allí no hay profesores de búlgaro. Nuestra colega de Radio Bulgaria Ruzhka Nikolova, quien en los años 80 se fue a Argentina, durante 12 años cada semana iba de Buenos Aires a la provincia del Chaco para dar clases de búlgaro. Hoy ya no hay quien lo haga”. Ruzhka Nikolova

La película Y llegaron al fin del mundo ha sido realizada con el apoyo de la Agencia Ejecutiva para los Búlgaros en el Extranjero y no es la primera cinta en que Polia Stancheva cuenta del pasado que vale la pena ser transmitido a las futuras generaciones. Con las películas Plomo contra plomo y De la ciudad al mundo que dedicó a la historia de la Radio en Bulgaria, la ex directora general de BNR ofreció al amplio público en este país más detalles de la historia de la radio pública de Bulgaria. 

Fotos: Kircho Stoichkov, comodoro.gov.ar, BNR, Facebook /Из миналото на чипровския край, Facebook - Българско културно дружество "Иван Вазов" - Берисо, Facebook /Българско дружество „Кирил и Методий“, Комодоро Ривадавия, Krasimir Martinov 

Traducido y publicado por Hristina Táseva 



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