Cada vez parece más probable que a partir del 1 de enero del año que viene Bulgaria se convierta en el 21º país de la Unión Europea en adoptar la moneda única europea. Eso indican tanto las propias instituciones europeas, como las repetidas declaraciones del Gobierno búlgaro de que éste es uno de los principales objetivos del gabinete. Existe también un consenso al respecto por parte de la gran mayoría del Parlamento, incluida parte de la oposición.
La ministra de Finanzas, Temenuzhka Petkova, por su parte, ha vuelto a expresar hace una semana su confianza de que Bulgaria cumple todos los criterios de membresía: el del déficit presupuestario máximo admisible, el de la inflación y el de la estabilidad de precios, que se encuentra en unos niveles sostenibles.
Sin embargo, a diferencia del entusiasmo de los políticos, según las encuestas los búlgaros se muestran en su mayoría escépticos en cuanto al abandono del lev. Los datos de las diferentes agencias de estudios sociológicos varían, pero todas coinciden en que más de la mitad de los búlgaros no desean el cambio de moneda.
¿Cuál es la actitud de las personas sobre este tema?
En contra del euro está, por ejemplo, Toni Vasilev, que trabaja en una gran empresa global y vive en el centro de la capital: la zona que tradicionalmente es conocida como la más "pro-euro".
"7-8 libras se convirtieron en 10 euros, a partir de 1999 todo se volvió más caro. Esto seguirá ocurriendo sin duda en toda Europa y creo que también ocurrirá en Bulgaria. La deuda también fue un problema importante después de 2008, cuando el mercado de materias primas se desplomó e Irlanda tuvo que pedir préstamos al Banco Central Europeo, creo que tuvimos que pedir 60.000 millones de euros", comparte Price sus observaciones personales y añade que en Irlanda hay mucha gente que, incluso tras más de 25 años, sigue teniendo nostalgia por la libra irlandesa.
Los búlgaros más jóvenes, en cambio, son más positivos respecto a la adopción de la moneda única europea.
Por otro lado, los economistas y los políticos siguen con sus discusiones "a favor" o "en contra". Y, según una de las partes, sí existe el riesgo de una subida de precios, y también de un aumento del gasto público.
¿Hay riesgo de que suban los precios?
"Aunque existe el riesgo de que haya cierta especulación, aquí no ocurrirá tal cosa. Esta es una teoría ridícula. Bulgaria siempre ha tenido, y tiene, una inflación más alta que la de la zona euro", señala el financiero.
En definitiva, tanto los "a favor" como los "en contra" - tanto la esperanza como el temor en torno al cambio de moneda -, ese balón está ahora en el campo de la Comisión Europea y del Banco Central Europeo. Así pues, muy pronto escucharemos un "sí" o un "no". Lo sabremos el próximo 4 de julio.
Autor: Iván Gergov
Versión en español: Alena Markova
Fotos: BGNES, archivo personal, BNR, Pixabay
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