Llega otro repunte en dirección negativa en el eje Sofía-Skopje. El motivo: la próxima votación del 4 de junio en la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo sobre la declaración acerca de los progresos de la República de Macedonia del Norte en su integración en la familia europea. Desde el punto de vista de la postura oficial del Estado búlgaro, este documento contiene algunos textos, por decirlo suavemente, controvertidos, donde se habla de “la identidad, la cultura y la lengua macedonias centenarias”, lo que es una formulación que Bulgaria rechaza rotundamente.

El informe lleva meses en proceso de preparación, pero esta cuestión salió a relucir en el panorama público a mediados de mayo cuando, en una declaración suya, el primer ministro de la República de Macedonia del Norte, Cristijan Mickoski, volvió a demostrar que no estaba considerando con un consenso de cara a la insistencia de Bulgaria en que la etnia búlgara figurara como pueblo definitorio del Estado en la Constitución macedonia, declarando que “antes incluiría a los españoles y los portugueses” que a los búlgaros. En comentarios posteriores, él prosiguió expresando su esperanza de que la República de Macedonia del Norte encontraría el apoyo necesario por parte del Parlamento Europeo para alcanzar sus objetivos. Para más inri, Mickoski proclamó que no permitiría que “gente medieval”, con lo que se refería a los búlgaros, detuviera el progreso de su país.

La reacción del Parlamento búlgaro fue la esperada: por unanimidad de todos los partidos, el 30 de mayo se aprobó la declaración de la 51ª Asamblea Nacional en la que se afirma que no se cederá ni un milímetro en los acuerdos oficiales a nivel europeo, cerrados durante la presidencia francesa en 2022. La principal condición aceptada entonces por Skopje fue la de inscribir a los búlgaros en la constitución de la República de Macedonia del Norte como “pueblo definitorio del Estado”, a modo de garantía para que sus derechos fueran respetados.

Como era de esperar, las intenciones de las autoridades de Macedonia del Norte de impulsar el reconocimiento de “la identidad y la cultura macedonias centenarias” a través del reciente informe de progreso ante el Parlamento Europeo - respaldadas por una gran dosis de presión a altos niveles - se encontraron con la resistencia de los representantes electos búlgaros en Bruselas.

Según el representante del GERB-PPE, Andrey Kováchev, quien participa activamente en esta cuestión, se espera que el PE reafirme la decisión adoptada a escala de la Unión Europea. Es decir, que los macedonios deberán incluir primero a los búlgaros en su Constitución para poder dar los siguientes pasos hacia la adhesión a la UE.

“Tanto los eurodiputados búlgaros como los miembros del Gobierno han dicho claramente que mantenemos nuestras posturas y que no puede haber ningún cambio en las condiciones para que se dé el inicio de las negociaciones” es firme Kováchev, insistiendo en el término identidad y lengua “modernas”.

“Quizá deberíamos hacer una especial aclaración en lo que respecta a la identidad y la lengua macedonias contemporáneas. Se trata de una realidad: cuando hay personas que dicen hoy día sentirse étnicamente macedonias, debemos aceptar esta realidad, por muy claro que tengamos nosotros que se trata de descendientes de los búlgaros macedonios. Pero no podemos aceptar - ni aceptaremos - ninguna referencia histórica, ni ninguna identidad macedonia en términos históricos. Una parte de los ciudadanos de la República de Macedonia del Norte se sienten macedonios, otra parte se sienten búlgaros étnicos. Esta última parte se está viendo presionada”, añade Kováchev.

Fue precisamente el término “identidad moderna”, en el que insiste la parte búlgara, lo que provocó el ataque más reciente del primer ministro de la República de Macedonia del Norte, Cristijan Mickoski, el pasado domingo. “Me preocupa el intento de un eurodiputado del partido gobernante GERB, de introducir una enmienda en un informe para definir la identidad macedonia como “actual”(present), lo cual claramente saca al descubierto una política de zhivkovismo, que por desgracia sigue viva entre los políticos de Sofía”, declaraba Mickoski durante una visita al Instituto de Salud Pública de Macedonia el 1 de junio, según informa BGNES.

Y aquí hay que señalar que es imposible que el primer ministro de Macedonia del Norte conozca las propuestas presentadas, las cuales sólo conocen los siete “ponentes alternativos” del informe. Al menos no a través de vías oficiales.

El primero en señalar los preocupantes datos relacionados con el informe de progreso de la RMN a mediados del mes pasado fue el eurodiputado Ivaylo Válchev, del grupo Hay Tal Nación y de los Conservadores y Reformistas Europeos, que es uno de los “ponentes alternativos” sobre el progreso del país. En aquel momento Valchev expresó su preocupación al respecto en una carta oficial dirigida a la presidenta del PE, Roberta Metsola.

“Aquí surgen otras preguntas: ¿cuántas veces se ha interesado por la opinión búlgara el ponente sobre este asunto, Thomas Weitz (del Partido Verde Europeo)? Se lo diré: ni una sola vez. Tuvo una única reunión con los representantes del Estado búlgaro por iniciativa de la parte búlgara. Tras casi 40 reuniones con la parte macedonia, el señor Weitz tuvo una sóla reunión con la parte búlgara”, explica Valchev ante Radio Bulgaria y expresa su satisfacción por la firme postura de la Asamblea Nacional en apoyo del interés búlgaro, añadiendo que este apoyo llega “con un poco de retraso”.

“En estos momentos, mi trabajo como representante de Bulgaria y como representante de los Conservadores y Reformistas Europeos es asegurarme de que las formulaciones que se incluyen en el informe se correspondan con la verdad histórica y con la realidad política. Para mí, un informe del PE que reconoce una identidad abstracta que se remonta a siglos atrás y que no se basa en ningún fundamento histórico no tiene cabida en el Parlamento Europeo”.

Según el ex eurodiputado de VMRO Ánguel Dzhambazki, el posible reconocimiento de una “identidad macedonia centenaria” es la “eliminación y el robo de la historia búlgara”:

“Este es el resultado de una presión política muy bien organizada por parte de Skopje en el Parlamento Europeo, el resultado de la inacción verdaderamente vergonzosa de las instituciones búlgaras, el Parlamento, el Ministerio de Asuntos Exteriores, y de los representantes búlgaros en el PE, con algunas excepciones, como por ejemplo la del señor Válchev”, opina rotundo Dzhambazki acerca del tema. Según él la inclusión de tal “falsa identidad macedonia” en la declaración del PE sería un enorme problema para Bulgaria.

En su opinión, falta una “diplomacia silenciosa” para evitar que circulen textos antibúlgaros.

“Bulgaria no puede desafiar la voluntad de nadie de crear sus propios mitos y leyendas, pero debe defender la verdad histórica”, afirma el prof. Iván Ílchev, ex rector de la Universidad de Sofía y miembro de la Comisión Histórica Búlgaro-Macedonia desde su fundación. “Al mismo tiempo, debemos tener en cuenta que nuestros problemas son “microscópicos” para los europeos, a quienes les preocupa sobre todo la paz en los Balcanes, sin estar al tanto de las bases de este caso en concreto”, añade.

El estancamiento de las relaciones interestatales se transmite también a nivel de expertos: “la comisión multidisciplinar conjunta de expertos sobre las cuestiones históricas y educativas de Bulgaria y Macedonia del Norte continúa funcionando legalmente, pero en la realidad no está produciendo ningún resultado”, señala el Prof. Iván Ílchev:

“Durante todos estos años el progreso ha sido mínimo. Estamos estancados en discusiones inútiles y estúpidas. Digamos que al principio habíamos llegado a dar algunos pasos esperanzadores, como que Samuel era un rey, gobernante de un país que se considera búlgaro. Esto fue aceptado y firmado por los colegas macedonios. También aceptaron y firmaron que Clemente de Ohrid y Naúm fueron enviados por el gobernante búlgaro a Macedonia para difundir el cristianismo y la escritura. (...) Pero, aparte de eso, prácticamente nada ha cambiado en la República de Macedonia del Norte y no tengo la esperanza de que nada cambie próximamente”.

¿Será Bulgaria capaz de defender su interés estatal y de contrarrestar la presión de Skopje? Lo sabremos pronto - el 4 de junio. Por otra parte, Radio Bulgaria ha podido saber, gracias a sus fuentes en el PE, que los eurodiputados búlgaros se preparan para tomar medidas adicionales sobre esta cuestión, las cuales pronto serán anunciadas.

Autor: Iván Gergov

Versión en español y publicación: Alena Markova

Fotos: BTA, BGNES, Parlamento Europeo, Pixbay