En el umbral de la temporada alta de verano -que en Bulgaria se limita a no más de dos meses: julio y agosto-, el sector turístico se muestra relativamente tranquilo. Las reservas son buenas y las previsiones de un crecimiento del 6 % respecto al año pasado durante la temporada alta parecen totalmente alcanzables.
Las ciudades costeras del mar Negro se llenan de turistas, pero la frontera con Grecia nunca ha estado tan transitada: las colas de coches son más largas que nunca, en su mayoría de búlgaros que se dirigen a las playas de nuestro país vecino del sur. La entrada de Bulgaria en el espacio Schengen terrestre ha incrementado notablemente el flujo hacia el sur. Se espera que la introducción del euro como moneda nacional y la finalización de la autopista de Struma faciliten aún más los viajes a Grecia.
¿Cómo afecta todo esto a nuestros complejos turísticos del mar Negro?

"El turista búlgaro es el mejor para la costa búlgara del mar Negro, porque en general es leal", afirma a Radio Bulgaria Konstantin Zankov, experto en turismo y analista de los procesos del sector. "Puede tomarse vacaciones varias veces al año, tanto en temporada como fuera de ella. Así que el búlgaro es el mejor turista".
"Grecia, por supuesto, es un destino maravilloso que tiene mucho que ofrecernos, eso no se puede negar. Simplemente, ofrecemos un producto turístico diferente. Hay muchas reservas para Grecia, sí, pero no puedo decir que la supresión de los controles en nuestros pasos fronterizos con Grecia haya tenido un impacto significativo en la temporada de nuestros complejos", añade Zankov.
"Contamos con hoteleros que aplican una política muy acertada con los clientes búlgaros: tienen buena imagen, buenos precios, paquetes competitivos y ofrecen un servicio atractivo y de calidad. Gracias a ello, reciben a turistas búlgaros satisfechos".

El sector también depende en gran medida del turismo extranjero. Según Zankov, el mercado alemán muestra crecimiento en comparación con el año pasado, aunque todavía no alcanza los niveles de 2019. "Los Balcanes, el Reino Unido y Polonia también van por muy buen camino", afirma el experto, y añade que la capacidad hotelera en la costa del mar Negro es amplia y sus propietarios esperan un crecimiento sostenido.
Sin embargo, el sector turístico vuelve a enfrentarse a una escasez de personal cualificado. Como en años anteriores, se recurre a la contratación de trabajadores extranjeros, principalmente de Kirguistán, Kazajistán, Nepal, Tailandia, Ucrania y otros países.

“Por desgracia, todos los años hablamos del problema del personal por las mismas fechas, o, como dice un proverbio búlgaro la vieja canción en voz nueva”, afirma Konstantin Zankov. “Hay varias soluciones que podemos aprender de la experiencia internacional. Lo más importante es apostar por una temporada más larga y un producto turístico sostenible, en lugar de depender solo de dos meses para “recuperar” la inversión. Esto también garantizará un personal permanente, y no mano de obra temporal”.
El experto añade que los trabajadores extranjeros de los que dependen las empresas se enfrentan a dificultades por los retrasos en la emisión de visados. “Podrían aplicarse buenas prácticas, como los visados electrónicos, para facilitar el acceso tanto del personal como de los turistas”.

Zankov es categórico: “El turismo búlgaro necesita urgentemente una visión clara, respaldada por una colaboración eficaz entre el Estado y las empresas, y no otra serie de soluciones a corto plazo”.
“El problema es que hace falta una estrategia global para el desarrollo del turismo en Bulgaria. Necesitamos un plan táctico sobre cómo aplicar las mejores prácticas mundiales, no trabajar de forma caótica. No se trata de ponernos las gafas de color de rosa y decir ‘aquí todo va viento en popa’, sino de establecer una comunicación real entre las empresas y el Estado, con un marketing y una política adecuados para el desarrollo del turismo. El problema es complejo, no es sólo cuestión de personal”, concluyó Konstantin Zankov.

Versión al español y publicación por Borislav Todorov
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