En las faldas del Pirin, entre viñedos y antiguas casas de piedra, el tiempo parece haberse detenido. En el pequeño pueblo de Kapatovo, cerca de Petrich, nos encontramos en un lugar inusual: el Museo de Coches Retro, donde la historia cobra vida sobre cuatro ruedas.

Aquí se exhiben más de 60 coches antiguos y decenas de motocicletas. Algunas de las piezas expuestas son únicas no solo en Bulgaria, sino también en Europa. Entre ellas destaca un modelo extremadamente raro de Pierce-Arrow, el coche oficial de la Casa Blanca entre 1909 y 1933, en el que viajaban los presidentes estadounidenses, o el legendario Ford Modelo T de 1912, el primer coche fabricado en cadena de montaje, símbolo de la nueva era industrial.

Cada vehículo tiene su propia historia, que cobra vida en la fascinante narración del conservador Kristian Zhelev. Entre las piezas más curiosas se encuentra el Rolls-Royce privado de la familia Bacardi, fundadora en el siglo XIX de la mundialmente famosa marca cubana de ron del mismo nombre.

"El propietario, el primero y verdadero, es el propio lord Bacardi, Gómez Bacardi. En las puertas traseras hay escudos, y en el umbral, una placa con la inscripción: Produced by Rolls-Royce – Louis Gomez del Campo, Lord Bacardi. Se trata de un coche vinculado a una personalidad histórica concreta."

El Museo Retro de Kapatovo también cuenta con una rica colección de antiguos Mercedes, así como con el primer Chevrolet Corvette C1 (1962). La colección se enriquece constantemente con coches raros y valiosos. El equipo sigue de cerca las subastas, los anuncios y las ofertas de Europa y América, y en los últimos años cada vez son más frecuentes en el museo los ejemplares interesantes procedentes de Bulgaria.

Se ha reservado un lugar especial para los automóviles relacionados con la historia del país:

"Tenemos cuatro automóviles que forman parte de la colección del Servicio Nacional de Seguridad, la antigua UBO (una subdivisión del antiguo Servicio de Seguridad del Estado durante el socialismo). Son vehículos históricos de gran valor.

Se trata de dos ZIS, las primeras limusinas de lujo soviéticas, los primeros coches representativos en Bulgaria, en modelo descapotable. Hemos expuesto dos fotografías antiguas en blanco y negro: en una aparece Yuri Gagarin viajando precisamente en este ZIS; en la otra, Khrushchev y Todor Zhivkov, también con nuestro ZIS.

También tenemos un ARO (Auto Romania), un jeep rumano de un valor excepcional. En primer lugar, porque fue un regalo de Nicolae Ceausescu a Todor Zhivkov para el Servicio Nacional de Seguridad. Y en segundo lugar, porque no tiene nada que ver con el ARO estándar: cuenta con un chasis mucho más largo, un techo más alto, mesitas en el respaldo de los asientos delanteros, un minibar para vino en la parte trasera y asientos adicionales para los guardias. Es un coche muy raro y valioso.

Además, tenemos un Bularpine que perteneció a Ilia Chubrikov (n. e. uno de los pioneros del automovilismo búlgaro)."

La región de Petrich es conocida desde hace mucho tiempo por sus vinos y sus acogedoras bodegas, donde las degustaciones se convierten en un auténtico ritual. En Kapatovo, justo al lado del museo, hay una bodega que completa la experiencia. Por lo general, los visitantes primero recorren la exposición de automóviles y luego se acomodan en la sala de degustación, según nos cuenta Kristiyan Zhelev. Y añade:

"La región se ha convertido en una zona de turismo enológico, ya que hay una gran concentración de bodegas muy próximas entre sí. La vecina Sandanski es una ciudad muy animada y muy turística. Mucha gente viene, visita las bodegas, hace rutas enológicas y participa en degustaciones. El museo es un complemento perfecto, porque tanto el vino como los coches antiguos cuentan historias.

La combinación de degustación y visita al museo retro ha resultado muy exitosa. Esa era también una de las ideas del propietario: que el museo estuviera junto a la bodega. Durante el fin de semana pasan entre 300 y 400 personas, y ya hemos alcanzado las 3 000 entradas al mes, una cifra muy alta para el museo", concluye Kristiyan Zhelev.

• Jóvenes búlgaros con interés en los automóviles retro

Fotos: Museo de Automóviles Retro, Kapato