Cada año la Fiesta de la Familia Cristina es el motivo que reúne a nuestros compatriotas en Hamburgo. El año 2025 no es una excepción y la invitación ya ha recorrido las redes sociales porque los búlgaros celebrarán el 20 aniversario desde la creación del Club de mujeres y familias búlgaras. Se trata de una organización que aúna a los búlgaros en la ciudad alemana y conserva vivas las tradiciones y la lengua. 

 “Nos alegramos de todo corazón de poder estar juntos, reunir las familias y las personas que respetan la familia. Con la iglesia búlgara en Hamburgo y el padre Yakov tenemos una estrecha cooperación y cada año tratamos de estar juntos con motivo de la fiesta. No es casual que celebramos en esta fecha y puedo decir que se trata de una fiesta de los búlgaros en Hamburgo. Tenemos el respaldo de muchos compatriotas nuestros”, dice con alegría Emilia Jucker que está entre los fundadores de la asociación junto con su esposo Manfred Jucker.

El evento que se organiza el 22 de noviembre reúne a tres grupos de bailes folclóricos búlgaros de Hamburgo y Bremen, música clásica y jazz. Serán anunciados los resultados del concurso literario anual de maestría artística de los búlgaros en Hamburgo. 

“Tenemos una muestra que cuenta del desarrollo de nuestro club desde su fundación hasta el momento. Mostraremos una exposición sobre la historia de la emisora de BNR en Varna que ellos nos enviaron. Tenemos representantes muy interesantes de los pintores búlgaros, una de las artistas viene de la isla de Mallorca”, agrega la señora Jucker.

A través de los años el club superó muchas dificultades por el camino procurando posicionar y presentar la cultura búlgara en Hamburgo dignamente. La casa de la familia Jucker acogió varios eventos financiando muchas de las actividades para poder crear un entorno que crea la sensación de comunidad para los búlgaros allí. 

“Este tipo de clubes son populares en la cultura occidental, para nosotros este club es una ideología nueva. Debemos trabajar para que las personas sonrían, y se sientan contentas y que nos visiten con sus familias. El problema es que todo cuesta mucho y las familias deben gastar medios propios. Las familias búlgaras son muy distintas, tienen distintos intereses, vinieron de distintas regiones geográficas en Bulgaria, hablan y bailan de manera distinta. Por esto los grupos que organizamos en el club son distintos ya que responden a los intereses de las personas”. 

Emilia Jucker hace hincapié en el pilar más sólido de la comunidad: la familia que, a su juicio, se construye mediante persistencia, lazo emocional y respeto. Se debe prestar atención a los jóvenes que nacieron y se criaron en Alemania, ya que crecen entre dos culturas y esto requiere atención, entendimiento y apoyo por parte de los adultos. 

 “Los hijos de familias búlgaras que nacieron aquí sienten la presión del medio externo. Es de suma importancia si los padres y los abuelos en Bulgaria son un factor fuerte, cuántas veces visitan la patria. Organizamos el concurso literario para que las personas puedan practicar su lectura. Las generaciones nacidas fuera de Bulgaria se encuentran en una situación muy difícil, nosotros también gastamos mucha energía para identificarnos y organizarnos en un medio extranjero. Es una gran presión sobre el sistema nervioso de las personas. Algunos de los jóvenes hablan en alemán cuando están en el club, desconocen muchos términos, la verdad es que el idioma búlgaro se olvida poco a poco. No se utiliza con un sentimiento de prestigio como nos gustaría a nosotros. Los artistas y los cantantes que trabajan con el idioma búlgaro deben estar en contacto con los jóvenes. Se organizan muchos conciertos aquí, pero muchos búlgaros no se los pueden permitir y deben viajar a un determinad lugar para asistir a ellos. Algunos no vienen porque deben trabajar”.

La fiesta en Hamburgo del 22 de noviembre promete una reunión de personas, tradiciones, música y emociones que recuerdan el espíritu búlgaro está allí donde hay familias unidas por amor y sentimiento de pertenencia a la comunidad búlgara.

Redactora Elena Karkalánova 

Traducido y publicado por Hristina Táseva 

Fotos: Facebook/Емилия Юкер, Facebook / Sabina.Hristova