A comienzos de la semana que termina se celebró la primera ronda del regateo de Turquía con Bruselas con vistas a domeñar la crisis de los refugiados. Los resultados fueron presentados por las autoridades búlgaras como moderadamente optimistas. Inmediatamente después de la cumbre, el primer ministro búlgaro, Boyko Borisov, anunció que “las negociaciones de la UE con Turquía son arduas pero alentadoras” y reiteró su tesis de que había que cerrar todas las fronteras exteriores de la UE y permitir el paso de los migrantes únicamente por los puestos de control de frontera oficiales.

“Creo que a fecha de hoy podemos estar tranquilos pero, al mismo tiempo, hemos de mantener una vigilancia extraordinaria”, agregó el premier y dijo, además, que había solicitado a Bruselas financiación para reforzar la custodia a lo largo de la frontera búlgara. También hizo una declaración del mismo tenor el ministro búlgaro de Exteriores Daniel Mitov quien agregó que se había pactado con Turquía y Grecia estructurar un sistema de advertencia precoz, caso de aparecer un peligro de presión migratoria en nuestras fronteras.

Por su parte la ministra del Interior, Rumiana Bachvarova, aseguró que “se están tomando todas las medidas y se refuerza con recursos y en forma organizativa la capacidad de frustrar en la frontera todos los intentos por la penetración ilegal y organizada de migrantes en Bulgaria”. Como forma de demostración la seguridad en la protección de las fronteras búlgaras en el transcurso de la semana se desarrollaron ejercicios conjuntos de unidades de la Policía de Fronteras y del ejército.

El ministro de Defensa, Nikolay Nenchev, calificó estos ejercicios de éxito y declaró con entusiasmo que la coordinación de las acciones conjuntas entre las FF.AA. y el Ministerio del Interior estaba a un nivel muy alto y que, de surgir tal necesidad, se construiría una valla también a lo largo de la frontera de Bulgaria con Grecia. Vamos a dejar de lado si, de veras, tras pocas horas de ejercicios militares conjuntos se puede afirmar que la coordinación entre efectivos militares y policiales se sitúa a un nivel muy alto, pero resulta, eufemísticamente dicho, exagerado hacer referencias a la construcción de una valla en la frontera con Grecia, país que no sólo es miembro de la UE, sino también del espacio Schengen.

Las declaraciones y acciones anteriormente mencionadas significan decididamente que Sofía va cerrando filas pese a que se asegura que todo lo relacionado con la migración esté bajo control y que la decisión tomada en la cumbre de cerrar la ruta balcánica vía Grecia, Macedonia, Serbia y más allá frustraría las intenciones de nuevos refugiados de circular en forma incontrolada rumbo a Europa Central y Occidental .Obviamente existen indicios de que, pese al cerrojazo al trayecto balcánico o más bien precisamente por esto los flujos de migrantes puedan atacar nuevamente las fronteras de Bulgaria.

El líder de la fracción liberal ALDE en la Eurocámara, Guy Verhofstadt, quien calificó el regateo con Ankara como “entrega de las llaves para entrar en Europa al heredero del imperio otomano, el sultán Erdogan”, se mostró convencido de que con el cierre de la ruta de los Balcanes se abonaba el terreno para el renacimiento de las rutas hacia la isla italiana de Lampedusa, Malta, Bulgaria y Albania.

Así que ¿hacia dónde se dirigirán los migrantes?¿A dónde los llevarán los traficantes? Es algo que probablemente conozcamos tras la segunda ronda del regateo entre la UE y Turquía, convocada para los próximos 17 y 18 de marzo.

En la primera Ankara planteó tres condiciones que semejaban una manifiesta extorsión: duplicar la cuantía del dinero , de 3 mil a 6 mil millones de euros, que la UE le ha dado para contener a los migrantes, eximir de visados a los ciudadanos turcos que viajen a la UE y acelerar los trámites para el acceso de Turquía a la UE Si estas exigencias se llegan a cumplir en la forma en que se plantean ahora, Bruselas se habrá caído de rodillas. Ankara asegura que en los campos en su territorio se alojan más de 2 millones de migrantes procedentes de Siria. Nadie es capaz de averiguar si realmente son tantos.

Sin embargo, si la UE no llegara a pactar estas condiciones con Ankara y Turquía comenzase a trasladar en autobuses a migrantes hacia la frontera con Bulgaria-tal y como ya lo había amenazado- le costaría mucho a uno decir por cuánto tiempo podrán resistir a la oleada de refugiados las vallas y cercas y los policías de Fronteras y efectivos militares.

Versión en español por Mijail Mijailov