El sábado, 10 de octubre, los vecinos de la ciudad de Ruse, ribereña del Danubio, se embarcarán en el mundo de la aventura para mostrar que jugando pueden enriquecer su conocimiento sobre los símbolos, los lugares de interés y las joyas poco conocidas de su ciudad.
El juego de aventuras La historia está viva no es una mera diversión, sino también una oportunidad para llamar la atención sobre la preservación del patrimonio cultural e histórico. En este juego, los participantes compiten en automóviles y motos retro y modernos, así como en bicicletas. Cada medio de transporte recorre una ruta individual a lo largo de la cual se ubican edificios históricos. Para superar la ruta, los equipos deben hacer gala de sus conocimientos sobre el pasado de la ciudad y ser ingeniosos. Además reciben instrucciones sobre el próximo destino de la ruta como, por ejemplo, una pregunta sobre la historia de un edificio concreto, una descripción de los hechos, una tarea lógica o una foto.
“La idea del juego surgió del hecho de que estando rodeados por la belleza de la arquitectura de Ruse, la damos por sentada −dice Desislava Vasíleva, presidenta de la junta del Auto Moto Club Ruschuk, organizador del evento− . Sumidos en el ajetreo del día a día, nos movemos en medio del patrimonio histórico y cultural de la ciudad sin siquiera fijarnos en él. Sin embargo, este patrimonio está allí, vivo hasta el día de hoy, observándonos desde alguna esquina o pasando junto a nosotros, por ejemplo, mientras vamos transitando en un Citroën blanco de 1954 como los de los mafiosos, propiedad de uno de los miembros de nuestro club”.
Desislava Vasíleva no revela cuáles son las curiosidades de la ciudad que harán de obstáculos en las rutas de los competidores, “porque parte del juego es ver quién conoce mejor la historia de Ruse y sus monumentos arquitectónicos. Solo diré que se trata de sitios grandes y famosos, y debemos conocer su historia”, agrega Desislva.
Situada a lo largo de la ribera del Danubio, Ruse es percibida como una ciudad aristocrática, de espíritu romántico: un imán para muchos turistas que llegan a ella por tierra y agua.
“La ciudad atrae tanto por su hermosa arquitectura como por su pasado histórico −prosigue Desislava Vasíleva− . En el lugar donde hoy está Ruse, en el siglo II antes de Cristo fue erigida la fortaleza romana Sexaginta Prista, que desempeñaba el papel de fortificación y puerto en la frontera de la República Romana. Numerosos hallazgos arqueológicos atestiguan la existencia de un asentamiento tracioantes de que fuera construida la fortaleza. Cerca de la ciudad se encuentra la villa medieval de Cherven, uno de los centros más importantes del Segundo Reino Búlgaro, junto con la antigua capital Tárnovo. A Ruse se le suele llamar “la pequeña Viena” a causa de sus numerosos edificios monumentos de la cultura, cuya arquitectura incluye varios estilos, incluidos el neobarroco y el neoclasicismo. Entre los símbolos de la ciudad están el edificio de la Oficina de Recaudación, construido a principios del siglo pasado por un arquitecto vienés, y el Monumento a la Libertad, dedicado a los soldados y voluntarios búlgaros caídos por la libertad de Bulgaria en la Guerra Ruso–Turca de 1877 a 1878”.
El juego terminará en un polígono automovilístico, donde se exhibirán vehículos que son parte del patrimonio histórico–cultural de Ruse. En este polígono tendrá lugar el acto de entrega de los premios, así como una competición de conducción de automóviles y motocicletas. Además, ya que fue en Ruse donde se celebró la primera proyección cinematográfica en Bulgaria, la jornada culminará con un homenaje al arte visual: desde sus coches, el público podrá ver las películas búlgaras El retorno y Salvajes y felices.
Resumiendo: un día de aventuras sobre ruedas también puede inspirarnos a descubrir los tesoros de nuestra ciudad.
Versión al español de Hristina Táseva
Fotos: archivo, Facebook /Auto Moto Club Ruschuk
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