El proyecto de enmiendas a la Ley de Radio y Televisión se ha convertido en manzana de la discordia en Bulgaria. ”Las leyes que regulan la realidad mediática no pueden ni deben ser redactadas por políticos. Se trata de una ley que puede y debe ser forjada exclusivamente por las personas que se desempeñen en los medios, entiendan su significado y conozcan sus problemas”. En estos términos el juez constitucional Atanás Semov ha comentado a Radio Nacional de Bulgaria el escándalo desatado en relación con el borrador de enmiendas a la Ley de Radio y Televisión anunciado para discusión pública.

La publicación de este borrador en la páginas web del Consejo de Ministros y en la del Ministerio de Cultura ha dado pie a que el director general de Radio Nacional, Andón Baltakov, presentara su dimisión, motivando su decisión personal con “la falta de voluntad de los gobernantes para enmendar la regulación normativa búlgara de forma tal que sea capaz de garantizar una radio pública independiente y libre de injerencia política”.
La periodista Raina Konstantínova, presidenta del Consejo Público de Radio Nacional y exdirectora del Departamento de Radio de la Unión Europea de Radiodifusión (UER), ha señalado para el programa Jorizont de esta Emisora pública que el problema reside en la imposibilidad del director general de Radio Nacional de Bulgaria de cumplir los compromisos que tiene asumidos bajo la actual Ley de Radio y Televisión.
”Si se te han confiado millones de euros para gestionarlos y cual neurocirujano has de influir en el cerebro y el corazón de la gente, tendrás que disponer de las herramientas necesarias, de correligionarios y conocimientos indispensables −ha dicho Raina Konstantinova− . Es sumamente importante sincronizar los mandatos de los directores y los consejos de dirección, pues cada uno de los posteriores podría afrontar el mismo problema. Es una deficiencia grave que habría que subsanar.

Desde hace ya 27 años, en Bulgaria viene manteniéndose un extraño debate sobre a quién pertenecen los medios públicos. Sigue habiendo un buen número de personas, políticos incluidos, que creen que Radio Nacional de Bulgaria y Televisión Nacional de Bulgaria son entes estatales. Ambos organismos les hablan a todo el mundo. El tema de los medios públicos es muy importante para la salud democrática de una sociedad”.
Refiriéndose al Ley de Radio y Televisión vigente en la actualidad, Raina Konstantínova ha comentado que a ésta “se le añaden enmiendas o remiendos, sin que se llegue a un texto cabal que responda a la situación del momento y con una perspectiva de por lo menos cinco años”.
En la Ley de Radio y Televisión urgen cambios para minimizar la influencia y los intentos de injerencia que los gobernantes, sean quienes sean, se empeñan en ejercer sobre la independencia de los medios informativos públicos.
”Una buena ley mediática debería hacer completamente imposible semejante injerencia −ha manifestado Atanás Semov− . La influencia política en los medios debe ser reducida al mínimo, y no me refiero a los medios privados que son oficialmente políticos. Los mecanismos de injerencia del poder en la labor de los medios condenan la actividad de éstos a una onerosa dependencia, independientemente de la buena voluntad de un par de periodistas”.
Sin embargo, la financiación de los medios informativos a través del Presupuesto Público impide en mayor o menor medida que los medios públicos estén totalmente independientes.
”El poder sin verse sometido a una presión no se va a desasir de algunas prácticas viciadas, pero creo que este proyecto de ley sienta un buen principio con respecto a la financiación de los medios informativos”, ha expresado, tajante, Vesislava Antónova, analista experta en medios informativos, en entrevista con Radio Nacional. Ha precisado que ahora es el momento para patentizar una posición activa y señalar qué tipo de medios públicos desea tener la sociedad.

Cualesquiera que sean las enmiendas que sufra el borrador de Ley de Radio y Televisión hasta su votación por la Asamblea Nacional, el regusto amargo de la violenta confrontación seguirá encendida cual pequeña luz roja en la conciencia pública. Además, la Asociación de los Periodistas Europeos – Bulgaria también ha alertado sobre los problemas en el entorno mediático en Bulgaria difundiendo una postura en la que se condenan categóricamente las amenazas a periodistas por las preguntas que éstos estén formulando como parte de su trabajo. En la situación de hacer “preguntas displicentes” se vio hace algún tiempo la periodista de televisión Anna Tsólova. No obstante ello, Tsólova considera convencida que “el papel de los periodistas seguirá siendo sometido a un señor único: la verdad, y a la necesidad de ser un correctivo del poder”.
Versión en español por Mijail Mijailov
Fotos: archvo BNR, BGNES, archivo BNT
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