Bulgaria empezó a ganar medallas con regularidad en los Juegos Olímpicos de Verano en 1952. El primer atleta que regresó con una medalla de bronce de los Juegos de Helsinki fue el boxeador Boris Georgiev. En cuanto a los Juegos de este año, la campeona olímpica de remo de Montreal en 1976, Zdravka Yordanova, no se atrevió a pronosticar cuál será el número de victorias búlgaras en capital francesa, ya que en los años pasados, los búlgaros nos hemos visto gratamente sorprendidos con un número de logros superior al previsto.

El hombre que encendió la pasión por el remo en el corazón de Zdravka Yordanova es el ex marinero Stefan Stoykov, conocido por todos como Charlie. Él le dio los conocimientos básicos de remo, tras lo cual Krasimira Zhekova pasó a ser su entrenadora personal. Zdravka Yordanova participó en varios campeonatos nacionales - en su primer año ganó el título de campeona femenina y el segundo puesto en cuádruple scull. En 1976, el remo femenino entró por primera vez en el programa olímpico en la ciudad canadiense de Montreal.

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En una entrevista especial para Radio Bulgaria, Yordanova nos cuenta sus recuerdos personales en torno a la preparación, la competición por parejas con Svetla Otsetova, celebrada el 24 de julio de 1976, la medalla de oro y lo que ocurrió después:

"Fue un año de locos. 10 meses de preparación, haciendo únicamente eso y nada más - para perseguir el objetivo que te has propuesto. Y finalmente, cuando el momento llegó, mi primera sensación fue la de un trabajo muy duro que ya estaba concluido, y muy bien. Y luego, poco a poco, empiezas a ser consciente de todo lo que has conseguido hacer, y empiezas a recordar los momentos más memorables. A menudo hablamos de cómo la Reina de Inglaterra tuvo que levantarse y aplaudir al equipo búlgaro. El bote de Gran Bretaña, patria de este deporte, iba en 12ª posición. Y, como al final de la regata hay una ronda de aplausos, y estos van por orden de clasificación: 1-2, 5-6 y en segunda fila 7-8 hasta el 12º, la reina estuvo aplaudiendo de pie en las gradas, aplaudiendo a Bulgaria y a nuestro equipo".

Canadá regaló a cada participante en los Juegos Olímpicos un pequeño arce, que Zdravka no recogió, cosa que lamenta, ya que habría sido un gran símbolo y un bonito recuerdo de su hazaña. Sin embargo, el recuerdo-arbolito está inmortalizado en un parque conmemorativo construido alrededor del Estadio Olímpico de Montreal. La búlgara supo esto años más tarde, cuando volvió allí para enseñarle a su hijo el lugar donde se había convertido en campeona:

"En unas enormes placas de cobre están inscritos los nombres de todos los campeones de aquella Olimpiada. Por supuesto, mi nombre está entre ellos, y como tengo familiares que viven allí, me enviaron una foto con un texto diciendo que cuando se ponen muy tristes, van allí a tocar mi nombre y eso les llena de energía."

"En Bulgaria dicen que somos un gran valor, que somos héroes y demás, pero nadie piensa en la memoria histórica", dice con amargura Zdravka Yordanova, y afirma que este viaje, así como muchos otros en los que ve parques similares creados por la gloria olímpica, le provocan el deseo de tener un lugar similar en Bulgaria, donde los búlgaros puedan conocer mejor a sus estrellas del deporte de distintas generaciones - aquellos que alcanzaron la máxima distinción para un atleta: la medalla olímpica:

"Mi idea original era que esto ocurriera entre el Estadio Nacional y el Ministerio de Deportes, como una especie de vínculo natural. Además, las condiciones naturales que se dan en ese lugar ya lo permiten. El paseo mismo ya existe y, yo personalmente me lo imagino de manera que en la zona de abajo, junto al estadio, haya una especie de plazoleta y un pedestal donde podría estar situada la llama olímpica durante los relevos. Allí podrían celebrarse ceremonias de despedida y bienvenida a la delegación olímpica, y otros muchos eventos. Un lugar así podría ser útil e interesante no sólo para los ciudadanos de Sofía, para los búlgaros, sino también para los turistas que visiten el país. Creo que la construcción de un paseo de este tipo es simplemente imprescindible".

La creación de un parque así en el lugar mencionado no requiere además ningún cambio de infraestructura, ya que el paseo no se ubicaría en la calzada, sino en el pavimento ya existente.

Autor: Yoan Kolev

Versión en español: Alena Markova

Fotos: BGNES, Museo Nacional del Deporte, archivo personal de Zdravka Yordanova

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