Desde 2019 en Varna funciona una escuela cuyo objetivo es cambiar los estereotipos y las ideas sobre los grafitis como algo feo, sucio e incomprensible. Es similar, desde luego, la actitud hacia los grafiteros, quienes, en el mejor de los casos, son considerados como “personas sin trabajo que destruyen los espacios urbanos recién pintados”. La verdad es que como la mayoría de las profesiones creativas con las cuales estamos acostumbrados a vivir, este tipo de arte puede convertirse en un oficio. 
La escuela fue creada en Varna y su objetivo es que los artistas que poseen los conocimientos necesarios, transmitan el oficio a todas las personas deseosas de llegar a dominarlo. Los estudios durante las reuniones en la escuela de grafiti transcurren bajo la forma de talleres al aire libre, transformando el medio urbano.
“Cada ciudad necesita de un territorio en su centro que sea libre para pintar y de esta manera puede popularizar este tipo de arte”, dice su creador Damyan Nikolov quien en varias ocasiones ha depositado peticiones en el Ayuntamiento de Varna para la transformación de distintos lugares de la ciudad en zonas libres para pintar. Sin embargo, hasta ahora no ha cosechado éxito.
Fotos: Escuela Búlgara de Grafiti
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