El 1 de octubre el mundo celebra el lenguaje universal de la música. Todos conocemos la capacidad que tiene este arte para sanar el alma y para dar rienda suelta a la mente, y hoy vamos a añadir una nueva historia que lo demuestra: la del único batería ciego de Bulgaria.
Ivo Atanasov nació en la ciudad marítima de Varna, donde vive actualmente, y la música ha estado presente en su vida desde su más tierna infancia. Al principio tamborileaba sobre la mesa al son de las melodías que tocaba su padre, acordeonista, y a los 16 años recibió su primera batería. Siguieron varios años de un intensivo estudio de este instrumento y de tocar con diferentes bandas, hasta el 1993, un año crítico para el joven, cuando empezó a perder progresivamente la vista. Al cabo de un año, Ivo ya estaba completamente ciego, lo que le provocó una grave depresión y un largo periodo de tiempo en el que incluso dejó de salir de casa, dependiendo enteramente de su familia. En 1998, cobró fuerzas y empezó a recuperarse poco a poco. Empezó a aprender a moverse con su bastón blanco, y a ser más independiente y fue entonces cuando volvió a intentar a tocar la batería. No resultó una tarea fácil, ya que los grupos le rechazaban nada más enterarse de que era ciego. Pero dentro de un tiempo comenzó a tocar en la Orquesta de Música Folclórica “Spectrum”, del la Casa de la Cultura para Ciegos de Varna.
"Hasta aquel entonces jamás había tocado un tambor, sólo había tocado la batería. El director de la orquesta, Nikolay Doktorov, empezó a enseñarme los ritmos, poco a poco me fui aficionando y ya llevo 22 años formando parte de la Orquesta. La mitad de los miembros son invidentes", comparte Ivo Atanasov en una entrevista para la BNT.
Tras finalizar los ensayos con la orquesta folclórica, Ivo suele tocar también con alguna de sus dos bandas de rock. Bromeando dice de sí mismo: "Yo no soy músico, soy batería".
"La primera banda que creé se llama Akord BG. En 2017 decidí localizar a los viejos amigos con quienes habíamos tocado años atrás", recuerda Ivo. “Uno de ellos, Konstantin Maimarov, tenía ese apellido tan peculiar y conseguí encontrarlo rápidamente en las redes sociales. Junto con él encontré a otro chico más, nos juntamos y empezamos a tocar versiones de canciones de grupos de rock búlgaros como Shturtsíte (Los grillos), FSB, Signal, Ahat o Diana Express. Nuestro objetivo era tocar por diversión, pero Konstantin tenía canciones originales que queríamos grabar. También empezamos a tocar en algunos clubes de Varna. Mientras tanto, se incorporó a nuestro grupo un teclista y nos convertimos en cuarteto. Así, en 2019 entramos en el estudio, donde grabamos nuestro primer álbum con nueve canciones y dos piezas instrumentales."
Al igual que muchas otras bandas de rock, en Akord BG tampoco faltaron los roces por lo que en 2019 tocó hacer un cambio de guitarrista:
"Accord BG es un grupo que interpreta música muy variada: rock melódico, art rock, rock progresivo, funk, fusión e incluso un poco de jazz. Con mi otro grupo, Los Tramposos de la Vieja Escuela (Kalpazanite ot stárata shkóla), tocamos hard rock, pero sobretodo canciones originales. Llevo con esa banda desde otoño de 2021: tenemos dos guitarras, un bajo, batería y voz. Este año hemos tocado en varios clubes y en festivales", cuenta Ivo.
Hay un tipo de amor entre personas que permanece para siempre, según Ivo Atanasov y ese amor, asegura el músico, también puede sentirse hacia un objeto, como lo es la batería:
"Pase lo que pase nunca dejaré a mis grupos y a pesar de la depresión que viví, la música no me abandonó en ningún momento - y nunca dejé de emocionarme con ella. En cuanto a la emoción en el escenario, eso es incomparable… igual que lo es sentir el cariño del público que ha venido a escucharnos", señala Ivo Atanasov.
Autor: Yoan Kolev, con la entrevista de Kristian Iliev, de BNR-Radio Sofia y el programa “Pequeñas historias” de BNT
Versión en español: Alena Markova
Fotos: Facebook/KalpazaniteRockBand, archivo personal/Ivo Atanasov, AKORD BG, raen Hadzhieva
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