La decoración festiva, la música, los carruseles y los puestos rebosantes de golosinas y souvenirs hechos a mano bastan para hacernos olvidar, aunque solo sea por un instante, las crisis, las guerras y el caos que nos rodean, y nos sumergen en una atmósfera de calidez y optimismo.

Un árbol de Navidad decorado con juguetes hechos por niños brilla festivamente cerca del Palacio Nacional de Cultura de la capital, mientras que los puestos del Festival de Navidad Sofía 2024 están esparcidos por los alrededores. A cada paso se ofrece vino caliente y rakia, y el espíritu navideño se complementa con una variada gastronomía internacional.

"Me uní al bazar para sentir aún más el espíritu festivo", dice la vendedora Roxana Karaasenova mientras nos prepara chocolate natural caliente con malvaviscos y añade:

Los habitantes de Sofía recuerdan los bazares de la época soviética como una pobre copia de los actuales. Se celebraban en Nochevieja y abundaban la parrilla y el vino caliente, mientras que los manjares importados eran terra incognita para la mayoría de la población.

Hoy en día, los bazares no solo se han multiplicado año tras año, sino que también se han vuelto más variados y abundantes. ¡Y aquí está también Papá Noel! Todos quieren hablar con él y sacarse una foto.

"Aquí el ambiente es muy agradable y festivo. Vienen niños simpáticos con sus padres. Hay una noria, un carrusel, diversiones, dulces, aperitivos... Es un lugar encantador.

¿Qué recuerdo de los mercados de Navidad de antes? No eran muy bonitos. Además, los inviernos eran más fríos, y no era muy acogedor estar al aire libre. ¡Ah, y olían a caballa asada! Por aquel entonces, Dyado Mraz (el antiguo nombre de Papá Noel en Bulgaria) solía venir en Nochevieja, pero ahora se quedó en Rusia con Putin, que no le deja salir. Como mucho, lo deja ir a Minsk antes de mandarlo de vuelta a Siberia", bromea Papá Noel con buen humor mientras la pequeña Bella se acomoda en el banco junto a él para hacerse una foto.

"Es una niña muy buena, y Papá Noel le prometió un regalo", dice su madre, Beatrice Kolyuva, y añade:

"Hacía tiempo que oía la gente hablar del bazar, pero como la pequeña estaba enferma y estábamos en casa, no tuvimos la oportunidad de salir. Ahora que estamos mejor, eso nos ha animado a venir. Veo que hay atracciones maravillosas. Los vendedores han traído productos muy bonitos. Nos sentimos muy bien."

Nos detenemos ante el puesto más colorido del bazar, con las survachki más bonitos de Mariana Dimova:

"Están hechos de cornejo, que es para salud, y les ponen todo tipo de palomitas y decoraciones. Esa es la tradición de las survachki: con lana, con absolutamente todo, tal como se hacía antes. Afortunadamente, la gente los compra porque siguen conservando las tradiciones, y esto es algo muy importante", dice Mariana Dimova.

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Ahora es el momento de comprar los regalos para Navidad. Aquí todo está hecho a mano con gusto e imaginación. "Estamos orgullosos de participar en esta maravillosa fiesta navideña", dice Desi, y añade:

"Tenemos adornos maravillosos para el árbol de Navidad, entre muchas otras cosas, todo hecho a mano. Somos una pequeña empresa familiar: mamá, la abuela y el niño. Tenemos tazas de Navidad estupendas para toda la familia, tazas temáticas para mamá, para la abuela, para el abuelo, porque las fiestas son para la familia y para estar juntos."

¿Qué le deseo a la gente? En primer lugar, que estén sanos, porque podemos comprar todo lo demás, pero no la salud. Y que crean en los milagros, porque siempre ocurren. Especialmente durante las fiestas."

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Fotos: Veneta Nikolova

Traducido y publicado: Borislav Todorov