Una zona situada en la región más pobre de la UE, como es el triste caso del noroeste de Bulgaria, ha logrado situarse entre las tres primeras del país en cuanto a nivel de desarrollo económico. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) para 2023 muestran que el distrito de Vratsa comparte el tercer lugar con el distrito de Varna (en la costa del mar Negro), solo por detrás de la capital Sofía y de Stara Zagora, con un PIB de 27 000 levas por habitante.
Esta cifra podría aumentar de forma significativa con una política municipal adecuada. Tal y como se explicará en las siguientes líneas, se trata de un objetivo en el que ya se está trabajando activamente, incluso a través del turismo cultural.
Las inversiones en eventos culturales están demostrando ser un elemento esencial para impulsar la prosperidad en la región de Vratsa, que además cuenta con importantes condiciones previas: recursos naturales y un valioso patrimonio histórico y cultural.
Durante la exposición anual de turismo cultural celebrada en Veliko Tarnovo en octubre, el teniente de alcalde de Cultura del Ayuntamiento de Vratsa, Alexander Vladimirov, anunció un dato muy interesante: en los primeros nueve meses de este año se han organizado 80 eventos culturales en el municipio. ¿Cómo es posible que un municipio de tamaño medio para los estándares de Bulgaria, con poco más de 66 000 habitantes, consiga mantener una programación cultural tan abundante?

"Tomamos una decisión y modificamos el presupuesto municipal de este año, lo que nos permitió cuadruplicar los fondos destinados a cultura, con la clara conciencia de que esto podía generar descontento entre parte de la población de Vratsa", explicó el teniente de alcalde a Radio Bulgaria. "Está muy lejos de nuestra intención dar a entender que todos los problemas de la ciudad relacionados con infraestructuras, transporte, sanidad o educación están resueltos como para poder destinar recursos a la cultura. Seguimos invirtiendo en todo ello, pero consideramos que este es un paso importante para que la economía de nuestra ciudad y de nuestra región pueda desarrollarse. La clave está en el turismo y la cultura: atraer a nuevos visitantes que vengan a conocer y disfrutar de la localidad".
Los resultados no tardaron en llegar: los datos del Sistema Único de Información Turística muestran que ha aumentado tanto el número de turistas extranjeros en la ciudad como el de visitantes procedentes de Sofía, Plovdiv, Varna, Burgás, Veliko Tarnovo y Ruse, personas que hasta ahora no habían estado en la ciudad, o al menos no con fines turísticos. Vladimirov está muy orgulloso de los resultados obtenidos, así como de la imagen cada vez más positiva que la ciudad está adquiriendo desde el punto de vista mediático.
Entre las instituciones culturales que contribuyen a ello se encuentra, sin duda, la orquesta "Sinfonietta" de la ciudad, dirigida por el maestro Hristo Pavlov.

La "Sinfonietta" de Vratsa no es solo una buena orquesta, sino una de las mejores que existen hoy en día en Bulgaria. Hristo Pavlov ha conseguido revivir algo que hace 10 o 15 años estaba a punto de desaparecer. Recuerdo que en 2009-2010 se hablaba de cerrar la orquesta. Entonces, como de la nada, apareció este hombre, muy dedicado a su trabajo, que se esfuerza a diario y que, a día de hoy, dirige una orquesta en la que músicos de diferentes países vienen con mucho gusto a trabajar. Por decisión del Consejo Municipal, este año les cedimos una planta de un edificio que es monumento cultural, donde crearon una escuela de música. Comenzaron a dar clases gratuitas a los habitantes de Vratsa que muestran interés en familiarizarse con la música y los diferentes instrumentos".
El mérito de sus éxitos se debe en gran medida al trabajo de los músicos, afirma categóricamente el teniente de alcalde.
"Nuestro trabajo es ayudarles en todo lo que podamos y, si no podemos, como bromeamos con nuestros colegas, al menos no estorbarles. Hay que fomentar la iniciativa de la gente de Vratsa y la región, y eso es lo que hacemos".

La actividad de "Sinfonietta" es también un ejemplo de algo muy importante: la tolerancia.
"En el contexto de las acciones militares y los acontecimientos desagradables que están ocurriendo en el mundo, parte del camino para evitar que esto suceda es invertir en la cultura. En la orquesta de Vratsa hay rusos, ucranianos y estadounidenses, y todos se entienden perfectamente gracias al lenguaje universal de la música y el arte, que, afortunadamente, es más importante que el lenguaje del plomo".
En este aspecto, el Ayuntamiento también está trabajando en la puesta en marcha de otra idea que fomenta la afluencia de visitantes a la ciudad: fines de semana dedicados a diferentes nacionalidades y sus culturas.

"Los organizamos junto con las empresas locales, a las que estoy muy agradecido, y con las misiones diplomáticas de los distintos países en Bulgaria. Hasta ahora hemos organizado fines de semana dedicados a Italia, Grecia, España, Francia y Alemania, y tenemos muchos más por delante. La mayoría de los restaurantes y las cafeterías de la ciudad participan activamente en estos días, decoran sus salones y transforman sus menús de acuerdo con las especialidades y la cultura del país respectivo. Los niños de las guarderías y escuelas ofrecen conciertos y representaciones en diferentes lugares de la ciudad, durante todo el día trabajan mercados agrícolas con especialidades típicas y la noche termina con la actuación de algún músico popular de ese país.
Y todo este colorido nunca va en detrimento de la conservación y la promoción de la cultura búlgara", afirma convencida el teniente de alcalde. Alexander Vladimirov pone como ejemplo uno de los mayores eventos folclóricos del municipio: el Festival Folclórico Nacional "Ledenika", que se celebra en pleno verano.

"Además de un variado programa folclórico que presenta diferentes costumbres y oficios, el segundo día organizamos una auténtica boda búlgara", explica el Sr. Vladimirov. "El alcalde de la ciudad, vestido con traje folclórico, casa a un chico y una chica que han decidido formar una nueva familia búlgara. Todos se visten con trajes tradicionales, la comida y la bebida se consumen en platos especialmente preparados y, gracias al Museo Histórico de la ciudad, podemos recrear todas las costumbres relacionadas con la típica boda del norte. Presentamos todo esto en el escenario ante el público y continuamos con la celebración hasta las tantas de la noche."
Versión al español de Borislav Todorov
Fotos: Municipio de Vratsa, BTA, Facebook /Municipio de Vratsa, Facebook /Vratsa Symphony, Yordan Nedyalkov
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